Con todo lo que ha subido el precio del dólar este año me entró la duda: ¿puede ser que la gente prefiera cada vez más los dólares? ¿nos estaremos dolarizando?
Hablemos primero de qué es la dolarización.
El término dolarización se refiere a cuando los agentes locales (personas, empresas o incluso el gobierno) demandan moneda extranjera (dólares).
La dolarización parcial, o no-oficial, es cuando algunos individuos usan el dólar para hacer algunas transacciones, o asignan una parte de sus ahorros e inversiones a activos denominados en dólares.
En el extremo –régimen de dolarización total– el país en cuestión adopta el dólar como moneda de curso legal para todas las transacciones. Panamá y Ecuador son ejemplos de economías con dolarización total; o sea, pueden usar dólares para todo de manera oficial (aunque algunos siguen teniendo su moneda local, solo que nadie la usa).
¿Cómo se mide la dolarización?
Partamos de la base de que los dólares que la gente tiene no siempre son iguales a los dólares que la gente quiere, porque muchas veces las autoridades restringen la demanda o tenencia de dólares.
Además, los dólares que la gente efectivamente tiene no siempre son fáciles de contabilizar. En Argentina, un país con restricciones estrictas en el mercado de cambios, se sabe que la gente guarda gran parte de sus ahorros en cuentas en el extranjero. Como no es fácil acceder a esa información, es complejo estimar cuán dolarizada está Argentina realmente.
En ausencia de restricciones, los actores económicos podrían tener dólares de tres formas: en efectivo, depositados en un banco en el extranjero, o depositados en un banco local. Las primeras dos son bien difíciles de rastrear, así que para aproximar el grado de dolarización en un país, suele usarse la dolarización de los depósitos locales, que mide cuánto de los depósitos en los bancos locales están en dólares.
Ojo que la dolarización de los depósitos dice poco en países como México, donde se puede comprar y recibir dólares más o menos fácilmente. Pero sólo las personas que viven en frontera pueden tener cuentas de banco en dólares.
De todas formas, en Chile esta medida nos permite tener un sentido de magnitud y de tendencia. Y podemos ver que el grado de dolarización efectivamente ha aumentado en Chile en los últimos años.
La razón de depósitos en moneda extranjera sobre depósitos totales pasó de cerca de 13% en el tercer trimestre de 2019 a rondar el 20% en julio de este año, el dato más reciente.
La mayor demanda por moneda extranjera es también evidente en el crecimiento del número de cuentas corrientes en dólares. Éstas se triplicaron desde principios del 2020 a la fecha, pasando de ser solo el 2,4% del total de cuentas corrientes a casi el 5%. Son niveles bajos aún, pero llama la atención el crecimiento tan pronunciado, tomando en cuenta que desde 2011 hasta finales de 2019 prácticamente no crecieron.
Eso sí, la dolarización en Chile sigue muy por debajo de muchos países emergentes, y de la mayoría de los países de Latinoamérica, incluídos Uruguay (alrededor de 70%) y Perú (cerca de 40%).
Efectos de la dolarización
La dolarización normalmente surge de un deseo por proteger el poder de compra del ingreso y los activos: para tratar de evitar los impactos negativos de la inestabilidad macroeconómica, alta inflación y depreciación, la gente puede preferir el dólar como depósito de valor, en lugar de la moneda nacional.
A veces las autoridades tratan de desalentar la dolarización no-oficial, porque la ligan a mayores riesgos de estabilidad en el sistema financiero.
El argumento va más o menos así: un mayor porcentaje de depósitos en dólares suele ir de la mano con un mayor porcentaje de préstamos en dólares (como intermediarios financieros, hace sentido que los bancos quieran prestar los dólares que entran como depósitos). Pero los que depositan los dólares en el sistema tienden a ser los hogares, y los que piden plata prestada en dólares son normalmente las empresas.
Entonces, cuando el tipo de cambio sube, para algunas empresas (las que tienen ingresos en pesos) podría hacerse más complicado pagar los dólares que debe. Y si no les pagan, la posición financiera de los bancos se debilita y eso puede tener efectos negativos en la economía. Eso sí, entre los investigadores, hay quienes piensan que estas preocupaciones son exageradas, y quien, de frentón no cree que la mayor dolarización aumente la vulnerabilidad del sistema financiero.
La búsqueda de más opciones de productos financieros
Fuera de ese debate, es claro que cada vez hay más personas buscando aumentar su gama de productos financieros: las personas y empresas chilenas quieren que sus activos tengan más diversificación.
Eso nos encanta. Nosotros en Fintual somos fanáticos de la diversificación (acá te contamos por qué). De hecho, con la excepción de nuestro fondo más conservador que recomendamos para inversiones de corto plazo, todos nuestros fondos tienen una parte en dólares (en el caso de Norris es casi el 100%). Tener estos fondos es una alternativa para proteger el valor relativo de tus inversiones cuando el tipo de cambio sube.
* Infórmate de las características esenciales de la inversión en estos fondos mutuos. Están en sus reglamentos internos, que puedes ver en la CMF y en fintual.cl/docs.