A comienzos del 2024 la prensa explotó con historias de la nueva moda en Silicon Valley: “tunear” el cerebro con ciertas drogas para amplificar las capacidades cognitivas.
Elon Musk consume microdosis de Ketamina y Peter Thiel ya financió una startup de terapia con sicodélicos. Pero esto no es nada nuevo: el 2006 John Markoff, un famoso periodista de tecnología del New York Times, escribió sobre este tema en What the Dormouse Said: How the Sixties Counterculture Shaped the Personal Computer Industry. Y el 2017 la prensa ya se había fijado en las ganas que tenía Silicon Valley de “hackear el cerebro”. Ese mismo año ABC sacó un artículo llamado A real-life 'Limitless' pill? Silicon Valley entrepreneurs pursue brain hacking with nootropics, or 'smart drugs'.
Por mi lado, tengo que admitir que desde que vi Limitless también me quedó dando vueltas en la cabeza la idea de buscar métodos para potenciar mis capacidades mentales. Y viendo que existía cierta aceptación de experimentar con nootrópicos en el mundo de la tecnología, me aventuré a probar si realmente funcionan esas formas de optimizar la concentración y mantener la agudeza mental durante largas jornadas de trabajo.
Acá les dejo los resultado de mi experimento e investigación, con los posibles beneficios y riesgos.
Qué son los nootrópicos
En términos sencillos, los nootrópicos son compuestos naturales o sintéticos diseñados para mejorar nuestras funciones cerebrales. Obviamente, están rodeados de polémica, principalmente porque no todos están de acuerdo de su utilidad. Y es que es bien difícil medir la cognición y la inteligencia en estudios clínicos. Otra motivación para probarlos y decidir por mí mismo qué tanto ayudan.
Nootrópicos naturales
Decidí comenzar con opciones naturales, buscando algo menos invasivo y me decanté por el ginseng. Cumplía con el requisito de ser natural y además tenía una larga historia en la medicina oriental, así que como punto de partida sonaba interesante.
Ilustración del ginseng tomada del Bencao yuanshi (Origins of Materia Medica), de 1612
La primera prueba: ginseng
Partí con ginseng hace un par de meses y durante 30 días observé mi energía y productividad, especialmente al final de la tarde, donde usualmente decaía. No medí nada ni fui tan metódico, fue a guatómetro no más. Aunque no me convertí en Bradley Cooper, sí noté una ligera mejora en mi rendimiento.
Ya había entrado en el mundo de los nootrópicos (aunque aún no es claro si estaba sugestionado).
Pasó un tiempo y comencé a recibir anuncios de una empresa llamada Thesis, que prometía productos basados en ingredientes naturales y vitaminas. Después de investigar un poco más, compré uno de sus packs que duran un mes y trae 4 cajas para distintos “objetivos”. Pero antes de contarte mis resultados, es importante entender cómo empezó esta tendencia, historia y algunos números.
Una breve historia de los nootrópicos y su penetración en el mercado.
Todo se remonta a 1972, cuando Corneliu Giurgea desarrolló el primer nootrópico sintético, el piracetam. Su objetivo era claro: mejorar la cognición sin ser tóxico ni adictivo. Durante las décadas siguientes los nootrópicos sintéticos como el modafinilo ganaron popularidad, especialmente en Europa y Asia. En los 2000, con la expansión de internet, los suplementos naturales como el ginseng y el ginkgo biloba se hicieron todavía más accesibles.
Y luego vino el boom: como ya dije, empezó sonar mucho en Silicon Valley.
El 2022 el mercado global de nootrópicos estaba valorado en USD 3.75 mil millones, y se espera que crezca a una tasa anual del 14.6% hasta 2030, impulsado por avances tecnológicos y el aumento del gasto en productos de salud y bienestar. La demanda de nootrópicos naturales y basados en plantas está en auge, especialmente entre estudiantes, profesionales y atletas. Además, el envejecimiento de la población y el aumento de trastornos cerebrales han incrementado la necesidad de estos productos..
Y aunque también existen otras opciones de trabajar la mente y lograr mejorar el rendimiento cognitivo, como el ejercicio, hace poco científicos españoles descubrieron que existe un “interruptor” que estimula las ganas de ejercitarse, y adivinen qué: ya están pensando en un fármaco para poder combinar las dos proteínas necesarias para lograrlo.
Así que sí, el mundo de los nootrópicos y otros suplementos médicos para mejorar nuestra performance va en aumento. Y con mi primera experiencia con ginseng ya tenía ganas de llevar un poco más lejos mi experimento.
Segunda prueba: Thesis
Ok, volvamos sobre mi experiencia con Thesis, que como mencioné anteriormente están diseñados en base a componentes naturales, no creo que me anime a los sintéticos por los efectos secundarios (que de entrada comunican).
El pack traía 4 cajas, en cada una de ellas habían 6 sobres. Cada sobre traía entre 3-4 cápsulas que se debían tomar al iniciar el día y de manera continua.
Para este experimento seleccioné Clarity, Energy, Motivation y Confidence.
Para saber si realmente había un cambio, armé un cronograma diario de todas las tareas finalizadas durante el día (me hablaron de Getting Things Done y me pareció buena metodología), hora de inicio/cierre y nivel de agotamiento con la que terminaba el día.
El impacto en mi productividad laboral
Como les comenté anteriormente, este suplemento está diseñado para mejorar el rendimiento cognitivo, Personalmente, observé un notable incremento en mi productividad.
En general, mi rendimiento aumentó un 39% en comparación con mi desempeño habitual sin el suplemento.
Metodología de medición:
Para cuantificar este aumento, implementé un sistema simple pero efectivo:
- Ya tenía un board con todas mis tareas pendientes, y aquí solo iba anotando las que terminaba.
- Al finalizar el día, contabilizaba cuántas de estas tareas había logrado completar y mi sentimiento de agotamiento.
- Comparaba este número con mi promedio de tareas completadas en días normales sin Thesis.
- De esta manera conseguí un promedio diario y semanal de todos los pendientes finalizados.
- El nivel de agotamiento fue más subjetivo, y lo que hice fue anotar el momento del día en que me sentía agotado, por lo general a las 4 o 5 de la tarde. Con Thesis ese sentimiento me llegaba un poco más tarde, una hora después más o menos.
Resultados desglosados:
Thesis ofrece diferentes fórmulas, cada una enfocada en potenciar un aspecto específico del rendimiento cognitivo. De las 4 que compré aquí les dejo mi percepción y el % de mejora en rendimiento:
- Confidence (+65%): esta fórmula mostró el mayor impacto. Estuve más enfocado sin saltar de task en task, lo que se tradujo en un aumento significativo de mi productividad.
- Motivation (+39%): con esta variante me resultó más fácil iniciar tareas y mantener el enfoque durante períodos prolongados.
- Clarity (+28%): con esta fórmula pude organizar mejor mis pensamientos y abordar problemas complejos con mayor facilidad. Casualmente coincidió con el webinar de Google sobre iOS y como abordar el ATT.
- Energy (+19%): aunque el aumento fue menor en comparación con las otras variantes, noté un incremento en mis niveles de energía sobretodo el finalizar la tarde.
Es importante destacar que estos resultados son personales y pueden variar de un individuo a otro. Sin embargo, en mi caso, Thesis demostró ser una herramienta valiosa para potenciar mi rendimiento laboral.
Con la memoria, concentración y productividad sí noté un cambio en el día a día; en energía no tanto; y el nivel de agotamiento se mantuvo estable durante la semana, nada anormal. Algo que me pareció interesante es que hubo un delay del hype la última semana tomando Thesis que se mantuvo hasta finales de la primera semana sin ellos.
Cabe mencionar que tenía una baja expectativa, ya que con mi investigación previa vi que lo “natural” era menos efectivo y rápido de notar cambios.
En general me sentí bastante bien, con mayor concentración y pude sacar pendientes que estaban atascados por múltiples razones. Normalmente estoy haciendo varias cosas a la vez y esto a veces hace que pierda el foco y luego me cuesta retomar lo que dejaba de último. Sin embargo, durante la semana con Thesis, no sentí que me pasara o, si acaso, fue muy leve el "tengo que terminar X cosa".
Estuve pendiente de cada cambio o mejora para poder ir documentando las cosas; sentí un compromiso extra. Hubo un momento en que llegué a pensar que "seguro lo que me mandaron fue placebo".
Una de mis consideraciones previas es que sufro de migraña frecuentemente. Durante el periodo con Thesis, solo tuve un cuadro de dolor, comparado con los dos episodios al mes que son lo normal para mí. Esta diferencia también me hace dudar en probar nootrópicos sintéticos, ya que los estudios dicen que pueden intensificar este tipo de dolores u otros efectos secundarios.
En fin, explorar el mundo de los nootrópicos ha sido una experiencia interesante.
Si estás considerando probar nootrópicos, te recomendaría comenzar con opciones naturales y siempre consultar a un profesional de la salud. Cada cuerpo y mente es diferente, y lo que funciona para uno puede no ser lo mejor para otro.
¿Has hecho algún experimento similar con pero con otra marca que no sea Thesis? Cuéntanos a cartas@fintual.com
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Este artículo tiene fines informativos y no pretende ofrecer consejo médico o recomendar el uso de nootrópicos u otros compuestos mencionados. La información contenida en este artículo no sustituye la consulta con un profesional de la salud calificado. Antes de considerar el uso de cualquier suplemento o medicamento, es fundamental buscar el consejo de un médico o especialista. La autoría del artículo no asume responsabilidad alguna por las decisiones tomadas basadas en la información aquí proporcionada.