Hace dos semanas regresamos a una tierra medieval para la nueva aventura fantástica de una exitosa saga que ya conocíamos, con The House of the Dragon. Y estos días parece suceder lo mismo. En la época del eterno reboot, es el turno de la obra de J.R.R. Tolkien de tener su adaptación a la pantalla chica con El Señor de los Anillos: Los Anillos del Poder.
En formato de serie de streaming, y con 5 temporadas proyectadas, Amazon Prime debutó el viernes pasado con los dos primeros capítulos de esta revivida franquicia, que tiene lugar antes de la historia que hizo famoso a Tolkien y Peter Jackson llevó al cine.
Amazon y Tolkien
El Señor de los Anillos es una trilogía de novelas publicadas entre 1954 y 1955, que resultó innovadora al crear un minucioso universo en un género conocido como mitopoeia. En él, un autor crea una mitología propia a partir de un lugar que no existe, con sucesos históricos, pueblos, arquetipos y un sinfín de detalles. Se llamó la Tierra Media y fascinó a la gente desde la aparición de los libros, que se convirtieron en algunos de los más vendidos de la historia.
Luego llegaron las películas. En los setenta, un par de adaptaciones animadas. En los 2000, las que probablemente ya todos vimos. La trilogía de El Señor de los Anillos fue muchas cosas: una superproducción carísima, un éxito de taquilla, fuente de innovación en aspectos técnicos, la ganadora de muchos Oscars (El Retorno del Rey ganó 11, un hecho que solo han logrado tres películas en la historia) y la razón de un aumento de un 40% en el flujo de turistas a Nueva Zelanda, donde se rodó. Fue uno de los mayores hitos cinematográficos del último tiempo.
Luego, otra trilogía cinematográfica: esta vez basada en El Hobbit, la primera novela de Tolkien ambientada en el universo. Pero muchos prefieren olvidarla. Y finalmente, una disputa por los derechos para la inevitable serie de televisión. No importa que no hubiese un material concreto que adaptar, todas las grandes cadenas pelearon por tenerlos. El ganador fue finalmente Jeff Bezos, quien se implicó personalmente en las negociaciones por la propiedad y terminó pagando 250 millones de dólares para llevársela a Amazon Prime.
Con un costo de–prepárense–715 millones de dólares, casi el triple del presupuesto de las tres películas de Peter Jackson, se convirtió fácilmente en la serie más cara de la historia. Una inversión que, con una audiencia familiarizada con la marca y siempre dispuesta a ver más y mejores espectáculos, el streaming confiaba en recuperar.
Así surgió El Señor de los Anillos: Los Anillos del Poder.
Y así también comenzó la monumental tarea de recoger cualquier tipo de información tolkeniana que diera material para crear esta precuela. Se contrataron expertos y consultores y se recopilaron bocetos y cartas de Tolkien, sus ideas anotadas, servilletas escritas, menciones en los libros oficiales, líneas de tiempo, y más. De repente, cualquier dato podría convertirse en una idea a expandir. Cualquier mención a un personaje, un nuevo protagonista.
Lo viejo y lo nuevo en Los Anillos del Poder
La Segunda Edad del Sol, la época menos delineada por Tolkien, ocurre miles de años antes de los eventos de El Señor de los Anillos, y es donde se instala Los Anillos del Poder. Y se genera un juego interesante entre lo conocido y lo novedoso. Porque estamos viendo enanos, hobbits y elfos en lugares familiares –y hasta uno que otro personaje que apareció en las entregas anteriores–pero las expectativas están abiertas. Casi cualquier cosa puede pasar. Es un escenario que conocemos, pero en el que ocurrirá un juego nuevo.
Por ejemplo, nos reencontramos con los hobbits, pero en esta época son una comunidad nómade que aún no se establece en la famosa Comarca. Una joven llamada Nori es nuestra nueva Frodo, con la misma cara ingenua y disposición a la aventura. Cuando presencia la caída de una estrella que contenía una persona, notamos cómo nada en los materiales existentes nos ayuda a saber de quién se trata, por lo que internet ya está lanzando sus teorías obsesivas.
Por otro lado, tenemos a Galadriel y su inmortalidad élfica nos ayuda a adaptarla aquí como una versión más joven del mítico personaje interpretado por Cate Blanchett en las películas. La reescritura que se hace es la de una guerrera hábil en comando de un ejército, convencida de que tras la guerra, Sauron no ha desaparecido, a pesar de que toda la evidencia indique lo contrario. En este caso ya sabemos la respuesta, por lo que la expectativa es más la de entender cómo llegaremos a ella.
Pero no todo en Los Anillos del Poder tiene que ver con las comparaciones que se hagan con la trilogía y las expectativas que ellas nos produzcan. El mundo creado es enorme y detallado, mostrándonos un universo atractivo en el que felices viviríamos, con la habilidad que solo el cine tiene para capturarnos. También tiene criaturas fantásticas, orcos detestables, escenas de acción épicas y todo lo que sabemos que esta saga sabe hacer bien.
El tono es inocente, aunque se siente la oscuridad acercándose lentamente. Al igual que en las películas (y a diferencia de Game of Thrones, sí queremos mantener las comparaciones iniciales), los contrastes en la Tierra Media son muy marcados. La bondad y luminosidad aquí no se avergüenzan de ser tales, lo que solo hace más trágico cuando inevitablemente se corrompan.
La historia, que se contará en ocho capítulos, aún parece estar formándose, por lo que no se pueden sacar conclusiones apresuradas. Obviamente, eso no ha provocado que la gente no tenga sus opiniones.
Recepción, críticas y controversias
Curiosa ha sido la acogida que la serie ha tenido en el poco tiempo que lleva al aire. Hoy en día no podemos evitarlo. Todo debe ser comentado, diseccionado y cuestionado cuanto antes. Y Los Anillos del Poder, que batió récords con 25 millones de reproducciones en sus primeras 24 horas al aire, no podía ser la excepción.
La crítica especializada ha sido generalmente favorable, aplaudiendo el ambicioso desafío, agradeciendo volver a la Tierra Media y con expectación por el futuro de la serie. A pesar de esto, las respuestas de los fans y la audiencia han resultado bastante más lapidarias. Por un lado se ha criticado el ritmo de la serie, lo cual tiene algo de sentido considerando que no avanza tan rápido en su primer episodio. Quizás esto llevó a la decisión de estrenar los primeros dos juntos, que recién entre ambos logran generar la sensación de que la serie comienza con fuerza.
Pero comentarios más problemáticos han surgido en torno a género y raza, los temas favoritos por los que les gusta pelear a la gente en internet. Algo que molestó a muchas audiencias fue la transformación de Galadriel en una guerrera experta en combate. Afirmaban que hacer que un personaje femenino sea fuerte no se trata solo de adaptarla de una manera tan masculina y poco creativa, y que no es fiel a quien ya era. Obviamente, la actriz que la interpreta ya tuvo que salir a dar declaraciones.
La controversia más delicada es la que tiene que ver con el descontento que generó el casting diverso en roles que en las películas anteriores solo interpretaban personas blancas. La integración de actores de cualquier procedencia parece no ser tan importante como el horror que le produjo a algunas personas ver un hobbit negro. Ojo, que lo mismo pasó con Star Wars y House of the Dragon y lo mismo seguirá pasando hasta que esto se vuelva la norma.
Lo ridículo del asunto es que la integración de gente distinta a uno para lograr objetivos comunes es el corazón de las novelas de Tolkien. ¿Qué otro mensaje podríamos entender de elfos, enanos y humanos que dejan sus diferencias de lado para pelear juntos?
Y muchas otras polémicas. El acento irlandés de los hobbits fue tildado de racista, la falta de barba en las mujeres enanas de poco preciso, el símbolo en la armadura de Galadriel de irresponsable. Son señales de nuestros tiempos, pero esto llevó a miles de usuarios a hacer review-bombing, la práctica de generar críticas negativas en internet a un producto en masa para disminuir su éxito. Amazon tuvo que deshabilitar las reacciones de usuarios por los primeros días (lo que, como ya adivinaron, generó aún más controversia).
El Señor de los Anillos: Los Anillos del Poder venía con un bagaje que generaba altas expectativas y no está dejando indiferente a la gente. Pero, como suele suceder con estas cosas, nada es para tanto y aún es muy temprano. Quedan 6 episodios por emitirse de esta temporada todavía, que saldrán cada viernes. Y lo que sí sabemos es que nos devolverán a este espacio mágico pero que se siente familiar, visto desde una perspectiva diferente.