Juan Carlos Curinao es un lonko que vive en la comunidad de Ercilla, en la Araucanía. Allí, lo tratan de “vendido”, le quemaron la casa y vive bajo amenazas y supervisión policial. Todo esto por tomar el rol de dialogar con el Estado chileno para asegurar mejores condiciones para la comunidad mapuche.
El documental Frontera, que se estrena esta semana, entra en la intimidad de Juan Carlos para, desde los detalles, abordar una pugna aparentemente irresoluble.
Frontera y la intimidad del lonko
La película no se desarrolla en conversaciones con autoridades ni nos muestra la institucionalización del lonko. Entendemos que Juan Carlos lucha por la autonomía mapuche y que está colaborando a través del Área de Desarrollo Indígena. Pero las imágenes de Frontera optan por captar lo cotidiano.
La película parece obsesionada con estas particularidades. Dentro de su casa, vemos a la familia tomar once, hervir agua y cocinar mientras nos sumergimos en sus conversaciones. A través de comentarios sueltos entendemos la situación en la que se encuentran. La amenaza de mapuches que piensan distinto sobre cómo relacionarse con el Estado chileno, el riesgo mortal que significa estar en el medio.
Un tema que ya no podemos dejar de mirar
Nuestro país se ha dado el lujo de ignorar este conflicto o de minimizarlo por mucho tiempo. Ahora, en un momento en que la discusión sobre la plurinacionalidad y los derechos de los pueblos indígenas está más álgida que nunca, tenemos la oportunidad de abordarlo de manera distinta.
«Se impuso un Estado que arrasó con maneras de ver, de ser y de habitar los distintos territorios. Por eso, hay una tensión permanente y una relación al margen con el pueblo mapuche. Y de ahí el nombre de Frontera», cuenta la directora, Paola Castillo.
Frontera no es explícita respecto a su postura frente al conflicto. No cree necesariamente que la forma de solucionarlo sea la que el lonko propone. Es más, su postura frente al hombre es difusa. Lo que hace el documental es presentar una situación que Chile necesita mirar de una vez por todas y sobre la cual tiene que seguir construyendo discurso, tomando acción y buscando maneras de hacerse cargo.
Nota de riesgo: Es un tema contingente que contiene reflexiones necesarias, pero el tratamiento es sutil y no busca denunciar ni incomodar, por lo cual su impacto termina siendo moderado.
¿Dónde ver Frontera? el documental tiene un buen despliegue por salas nacionales, llegando a 12 ciudades. Acá puedes saber cuáles son y desde cuándo puedes verla.