La FIN, o el Fintual Intensivo Natales, es un intensivo gratuito de programación en la Patagonia. Un grupo pequeño de personas con una misma meta, aisladas prácticamente del mundo y con mucha pasión por lograrla. Qué envidia. Es un lujo armar un contexto así. Y yo tuve la suerte de acompañarlas durante una semana en su aventura.
Comienza la aventura
4am sonaba mi despertador para ir al aeropuerto el domingo 21 de agosto. Por alguna razón estaba en silencio y solo vibraba. Después de unos ~50 minutos soñando con que había un ruido raro que no entendía qué era, me di cuenta (dentro del sueño) que se parecía a mi despertador y abrí los ojos de par en par. Corrí harto, llegué a Punta Arenas, cambié la hora (sí, tienen otra zona horaria), esperé unas horas y luego tomé un bus a Puerto Natales. Llegué directo a descansar.
El lunes me aparecí temprano por las oficinas de Fintual en Natales y vi cómo rápidamente iban llegando las caras que conocí durante la hackaton (parte del proceso de selección). Partí con una presentación corta para contarles quién era yo y tuvimos una ronda de preguntas.
Como mentor, me guían las ganas de transmitir lo que he aprendido a través de los años. En la FIN tenía al frente un grupo emocionado por aprender todo lo que pudieran y eso me hizo muy fácil disfrutar mi rol.
¿Qué funcionó?
La semana anterior –la primera– habían configurado su entorno de desarrollo, estudiado el desafío a completar y escrito un Pitch (una definición de la solución específica a desarrollar, a nivel de producto), y que implementarían las 3 semanas siguientes.
Esta semana el foco principal era escribir un documento técnico (en Fintual lo llamamos “documento de inicio de ciclo”), donde se entra en todos los detalles técnicos asociados a la solución. Hay que investigar cómo se trabajará cada aspecto del Pitch y probar incluso código open source u otras soluciones que tengan en mente. El objetivo es no perder el tiempo durante el building en desarrollar algo que después no va a funcionar o con lo que alguien no va a estar de acuerdo. Hacia el final de la semana debían tenerlo listo, haberlo conversado entre ellos y con otras personas, y, ojalá, haber empezado ya a escribir la solución.
Siento que mi principal aporte fue estar ahí, presente. Darme una vuelta por cada equipo de vez en cuando o simplemente estar disponible para que se acercaran a preguntar. A veces la respuesta era muy corta, otra vez me tocó tomar una pizarra, y para otra incluso preparé unas slides en 5 minutos que presenté en otros 5 minutos.
“Doble clicks”
Además de responder dudas que surgían en el momento, probamos los “doble clicks”: instancias donde se profundiza en un tema que hayan elegido los alumnos por votación.
La primera vez eligieron tests y preparé apuradamente un workshop de Rspec (la librería que usamos para unit tests en Fintual). Fue cortita y apresurada, pero sirvió para dar un contexto general.
En el segundo “doble click” probé una estrategia diferente. Manuii y Valentín (directores de la FIN) son fans de usar la metodología de clase invertida, donde los alumnos leen la materia por su cuenta y los profesores están principalmente para resolver dudas. Tuve una clase así en la universidad y me gustaba harto también. Propuse 4 temas y salieron 2 como los más votados: un análisis del patrón MVC de Rails (dónde va cada parte del código) y un documento con varios otros patrones de diseño que se pueden usar dentro de una aplicación Ruby on Rails. Les di una mañana para leerlos y luego nos conectamos para ver qué dudas tenían del contenido.
Andaba con una tos que me puso paranoico la noche anterior, así que preferí conectarme remoto ese día.
Y como mi pieza del hotel era chiquita, el único lugar razonable que encontré para sentarme, por si no lo notaron arriba, fue el WC del baño. Puse el velador al frente y listo. Qué tanto.
Me quedé con una sensación extraña: sentí que a diferencia de cuando hablé harto rato de un tema (una clase expositiva típica), no sabía qué tanta información había logrado transmitirles. Pero después de ver el feedback de ambas instancias, noté que efectivamente sí hubo una mayoría que sintió que la segunda dinámica fue efectiva. Sí se atrevieron a comentar lo que no les gustó de la primera, por lo que le tomo validez a los comentarios positivos de la segunda.
Vayámonos lejos
La semana pasó volando. Pero fue suficiente para aportarles mi granito de arena en su camino y valorar tanto la FIN como proyecto, como a las personas que están participando.
No es primera vez que veo este escenario: un grupo acotado de personas que se va físicamente a otro lugar, cambiando todos de contexto y con una meta común. Lo hice en un internado de inglés a los 15, estudiando para mi examen de grado a los 25 y en el Engineering Residency Program de Google a los 27. Es una estrategia muy buena no solo para lograr un objetivo, si no que también para pasarlo bien. Esas 3 instancias las recuerdo con mucho cariño, aprendí demasiado en todas, pero también las disfruté un montón.
No importa tanto el background de cada persona. Si las ganas de aprender, pasarlo bien y dedicarse a lo mismo están, creo que es un lujo que hay que aprovechar.
¡Mucho éxito futuras cracks de la programación! 💪