Me inscribí al primer proceso de elección judicial en México. ¿Por qué? Estamos viviendo cambios, esta parte de la transformación que trajo consigo una reforma al Poder Judicial que incluyó la elección de jueces, magistrados y ministros.
El proceso aún está viviendo adaptaciones, y como muchos colegas, compañeros de universidad y conocidos, pensamos incluso sin atrevernos a decirlo: ¿quién no quiere probar su trayectoria e incluso su suerte y habilidades en esta contienda? ¿Por qué no yo?
¿Qué es el proceso de elección judicial?
La reforma al sistema judicial implica: la elección por voto popular de jueces en lugar de que sean designados a través de un examen y por su carrera judicial; así como de la elección de magistrados y ministros en lugar de que sean designados por el Senado o el Presidente; la reducción del número de Ministros en la Suprema Corte de Justicia de 11 a 9, que desde 1994 no se había reducido, y que ahora la presidencia de la corte irá rotando. También se incluyó la creación o sustitución de órganos administrativos que pretenden mejorar la administración de justicia en el país y la disciplina de los jueces.
Pude experimentar de primera mano el proceso y compartirlo de forma práctica aquí: donde te cuento cómo y cuándo votar, cuántos candidatos te pueden tocar en la boleta y cómo saber quiénes son, y algunos links donde podrás incluso practicar tu voto.
Mi breve historia como candidata
Desde septiembre de 2024 conversaba medio en broma con un amigo y compañero de la universidad, sobre las posibilidades que tendríamos de ser jueces o incluso ministros de la corte. Yo lo miraba como una posibilidad extraña y fuera de mi plan profesional, pero al mismo tiempo como algo aspiracional: ahora teníamos la oportunidad o el sueño de ocupar un lugar en el espacio público y donde se toman decisiones, porque efectivamente, los cargos que se votarán son las personas que decidirán sobre los bienes, patrimonio, libertad y obligaciones de las personas.
Para inscribirme tenía la opción de registrarme entre una y tres veces. Es decir, cada poder de la unión (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) permitió registrarse como candidato según las reglas de su propia convocatoria. Me inscribí a la que consideré más accesible y pública, la del poder Ejecutivo. La plataforma fue muy fácil de utilizar, en contraste con otras páginas gubernamentales, y además fue bastante intuitiva: recabé los requisitos y cargué las cartas de recomendación que me solicitaron, mi historial académico, mis calificaciones, título, cédula y seleccioné el puesto al que me iba a postular.
Preferí una materia conocida para mí en un circuito o lugar cercano a mi domicilio, y a los pocos días se publicó la lista de registros y ahí estaba mi nombre, algo emocionante. Aunque también sabía que esta postulación podría cambiar algo o nada mi vida, de cualquier forma viviría el proceso para contárselo a otros. Por ejemplo, recuerdo que la primera duda que tuve fue si podría renunciar a la postulación y qué pasaría si renunciaba si había sido elegida.
El 14 de diciembre de 2024 publicaron la lista de las personas que se inscribieron y que cumplieron con los requisitos, y bueno, ahí estaba mi nombre nuevamente. Claro que me dio alegría pensar que cuando menos había pasado el filtro de algo que consideramos básico: me refiero a recomendaciones, promedio, habilidades y cargar bien documentos; pero encontré que en el filtro poco más de 6000 personas quedaron fuera, así que además este proceso podría estar revelando datos más interesantes sobre los perfiles de los aspirantes o incluso necesidades de formación de todos los profesionales en el derecho de este país.

Tuve algunas dudas, obviamente, como la configuración de las boletas o las reglas puntuales de la elección así como el lugar de votación, cómo se debería hacer campaña, quiénes son los contendientes, cómo seleccionarían al final o cómo quedaría fuera.
Pero justo ahí salí del proceso.
Llegado el día de la tómbola, el sorteo que se realizó en el Congreso de la Unión donde los nombres de los candidatos se reducirían para facilitar un poco las boletas y a manera de filtro “sin resentimientos”, me percaté que ya no participaría en el proceso porque en un filtro extra con criterios internos del poder Ejecutivo, no había sido considerada apta. Me pareció bien, dado mi nula experiencia judicial, pero al final también parecía poco relevante en contraste con otros candidatos en las mismas circunstancias y que ahora aparecen en las boletas.
¿Cuándo se vota?
Ya casi es junio y el día 1 son las elecciones en las que se podrán votar a los candidatos que quedaron después de la tómbola y que pudieron o no hacer campaña. Seguramente algunos de ustedes recibieron alguna imagen de propaganda por WhatsApp y otros ya se han puesto a investigar a los candidatos.
Estas elecciones están lejos de ser un proceso ágil para los votantes: los ciudadanos nos quedamos con gran carga de investigación, evaluación de perfiles e investigación de las facultades que va a desempeñar cada candidato en diferentes puestos, sumando además que veremos boletas con más de 10 nombres .
¿Cómo se vota?
Te estarás preguntado, ¿cómo se vota? Debes saber que te entregarán 6 boletas para votar por diferentes cargos, puedes revisar –porque aún hay tiempo– el currículum de los candidatos y evaluarlos a conciencia.
Te voy a compartir los enlaces que facilitarán que evalúes y conozcas a los candidatos, y una guía que publicó el INE para saber la forma para votar.
Primero debes tener a la mano tu INE o conocer tu entidad y sección.
1. Aquí puedes consultar la lista de candidatos. Podrás ver con tu entidad y sección los candidatos, además podrás filtrar los candidatos que cada Poder presentó, así como los candidatos que actualmente están en funciones, eso podría ayudarte a decidir.
Por ejemplo, en este momento hay tres ministras en funciones que también son candidatas a ser ministras nuevamente.
Al desplegar o dar clic en cada posición, que por cierto tiene el color de la boleta, podrás ver los nombres de los candidatos y del lado derecho consultar su expediente y además descargar su curriculum.
2. Aquí puedes consultar la casilla donde te toca votar y aparecerá el distrito judicial correspondiente a tu localidad
3. Aquí puedes practicar cómo votar y tendrás una explicación de las boletas.
La boleta morada es para elegir a 9 ministras o ministros de la Corte: cinco mujeres y cuatro hombres; así que en esa boleta deberás señalar 9 candidatos.
En la boleta azul votarás por dos magistrados del Tribunal Electoral, esos que van a resolver los conflictos electorales en todo el país. Aquí podrás elegir un hombre y una mujer
La boleta color turquesa es para votar por los magistrados del tribunal de disciplina judicial: tres mujeres y dos hombres.
En la boleta salmón elegirás a 3 magistrados de las salas regionales del tribunal electoral quienes funcionan como extensión del tribunal electoral.
En la boleta color rosa deberás votar por 10 magistrados de circuito (una delimitación geográfica), ellos revisan las decisiones de los tribunales inferiores, cuando han sido materia de algún amparo.
Y por último tendrás la boleta amarilla donde deberás votar por nueve jueces de distrito, cinco hombres y cuatro mujeres: serán los primeros a los que los ciudadanos accederemos al buscar justicia.
Seguramente en este proceso surgirán detalles que se deberán mejorar o modificar en las siguientes elecciones, el proceso debería afinarse y ser claro en cuanto a los criterios internos de cada Poder para la selección de candidatos. La reforma tiene una cantidad tan limitada de requisitos de registro que las horas de evaluación posterior son tremendas. Pienso que deberían añadirse requisitos e incluso prohibiciones tal como se hace con otros cargos públicos, por ejemplo, si lo que se busca es garantizar imparcialidad en la toma de decisiones, ¿qué tal impedir que los candidatos tengan militancia en partidos políticos?
Como experiencia y primera prueba me ha resultado todo un fenómeno: me queda curiosidad sobre el desempeño de los que sean electos y aunque ciertamente no ha sido parte de mi plan de vida y profesional ser un juez, me gusta pensar que habrá en el proceso candidatos de los que sí sea un sueño y busquen mejorar el sistema judicial con su participación, y que el ejemplo para decidir justamente sobre la vida y bienes de otros también se dé en esta participación.