Las reformas a los sistemas de pensiones son complicadas, aquí y en China.
En México hemos ido modificando el sistema en las últimas décadas, pasando de un sistema colectivo a uno individual. El desafío es hacer que un país con cada vez menos jóvenes logre mantener a un mayor número de retirados. Lo que pasa hoy en Francia no es muy diferente.
Las calles de París se han llenado de basura por la frustración que provocó en el gremio de recolectores de basura la aprobación en el Senado de la Reforma de pensiones en Francia que propuso el presidente Emmanuel Macron. ¿Y cómo llegamos a esto?
Primero, ¿cómo funciona el sistema de pensiones en Francia?
El sistema de pensiones francés es un sistema de reparto donde los trabajadores actuales financian a los pensionados y además cuenta con una pensión mínima financiada por el Estado.
El problema es que cada vez más, debido al envejecimiento de la población, hay menos personas que financien a los jubilados.
Además, comparando las pensiones en Francia con otros países de Europa o de la OCDE se ve que son más “generosas”. Esto se puede medir por la tasa de reemplazo: que es la relación entre la pensión que recibe una persona y qué porcentaje representa de sus ingresos antes de jubilar. Según datos de la OCDE la tasa de reemplazo en Francia es del 60% mientras que en la OCDE es en torno al 50%.
Otro aspecto que hace que el sistema de pensiones francés sea más beneficioso para los jubilados es que la edad mínima de jubilación es más baja que en muchos países de Europa. En Francia la edad mínima legal para jubilarse es a los 62 años, mientras que en la mayoría de países europeos es más alta.
Otro aspecto interesante: el país cuenta con 42 regímenes especiales de pensiones diferentes (por ejemplo, uno para los funcionarios y otro para los trabajadores del metro de París).
Para que te hagas una idea: un trabajador de los trenes se jubila a los 56. O la Ópera de París tiene otro régimen especial donde los bailarines pueden jubilarse desde los 42 años.
Las pensiones varían entre un sector y otro.
La reforma pretende deshacerse de la mayoría de estos regímenes especiales de pensiones ventajosos y unificarlos con el resto de los trabajadores del país.
Y lo que hace que sea inevitable reformarla, es cuánto significa del gasto público.
Francia tiene un gasto en pensiones de un 14% del presupuesto del país, mientras que la OCDE de un 8% en promedio. Así que era evidente que el sistema necesitaba una reforma, el problema es que todas las soluciones eran bastante impopulares.
La reforma de Macron
El sistema de pensiones ha sido muy difícil de modificar. Cada vez que se ha intentado, la población ha salido a la calle. En 2019 Macron intentó unificar los 42 regímenes y la gente salió a protestar.
Lo que se propone hoy es principalmente el aumento de la edad de jubilación de los 62 a los 64 años y el adelanto de la exigencia de 43 años de cotizaciones.
En cualquier caso, a partir de los 67 años se tendría derecho a la pensión íntegra, como hasta ahora. El plan también incluye aumentar la pensión mínima en unos 100 euros, que llegaría hasta unos 1.200 euros al mes.
El Gobierno afirma que si no se implementa la reforma, todo el sistema de pensiones sería insostenible.
Esto se aprobó el pasado 11 de marzo en el Senado, cuando empezamos a ver protestas.
La gota que rebalsó el vaso
Pero todo se complicó cuando el gobierno de Macron hizo el cálculo y vio que probablemente no iba a conseguir los votos en la cámara baja para aprobar la reforma.
Así que acudió al artículo 49.3 de la Constitución francesa que permite aprobar por decreto esta reforma, sin necesidad de los votos de la Asamblea Nacional. Los legisladores tenían el poder de bloquear este decreto. Y la oposición usó esta herramienta para bloquear la reforma en la Asamblea Nacional a través de dos mociones de censura, pero ambas fueron rechazadas, por lo que se adoptó oficialmente el proyecto de ley.
Francia ya lleva 10 días así y esto sigue siendo noticia en proceso, ya que los sindicatos no están dispuestos a soltar las calles ni dejar las huelgas si no se le pone suspenso a la medida de los 64 años.
El 67% de los franceses rechazan la reforma. Como te decía: las pensiones son complicadas aquí y en China.