Cuando entré a Google Trends y vi que el interés por la búsqueda “inflación” en todo el mundo explotó el año pasado, no me sorprendí mucho. Ya todos sabemos que uno de los mayores dolores de la gente en los últimos tiempos ha sido la inflación.
Pero algo alentador es que, desde hace medio año, estas búsquedas han bajado harto.
Esto no es coincidencia.
Si vemos los datos, en Chile, Estados Unidos, México, Brasil, y hasta en Europa, después de una larga batalla, la inflación por fin va para abajo. La gente se está dando cuenta de que la inflación ha comenzado a ceder.
La inflación sigue bien por encima de los objetivos de los bancos centrales, que son entre 2% y 3%, dependiendo del país, pero hay muchas señales de que seguirá bajando. Por ejemplo, la inflación al productor, que suele traspasarse a los precios que pagamos los consumidores, ha disminuido mucho desde mediados del año pasado, y en algunos casos ya está cerca de los niveles observados antes de la pandemia.
La búsqueda de “disinflation” en enero en el mundo fue el doble que su promedio histórico. Desinflación significa caída en la tasa de inflación (ojo, desinflación no es lo mismo que deflación; lo segundo significa caída en los precios.)
Las señales de que ya comenzó la desinflación tienen a algunos muy contentos:
- A los políticos, porque se atribuyen parte de la victoria (aunque no necesariamente sea el caso).
- A los bancos centrales, porque ya no se ve tan lejano que logren cumplir su mandato de mantener la inflación controlada,
- Y sobre todo a los mercados financieros, porque interpretan que los bancos centrales no continuarán subiendo sus tasas de política monetaria mucho más. Recordemos que las altas tasas, producto de la alta inflación, fueron la razón principal por la que el año 2022 fue tan duro para los activos en todo el mundo.
De hecho, la semana pasada el banco central más importante del mundo, la Fed de Estados Unidos, redujo la velocidad de alza de tasas a 0,25%, el menor aumento desde marzo del año pasado.
En México la inflación está por debajo del 8%, después de haber alcanzado 8.7% en septiembre.
Aunque sigue muy alta, durante el año debiese seguir bajando y acercarse un poco al rango de tolerancia del Banco Central, que es de 2% a 4%, cifras más parecidas a lo que los mexicanos estamos acostumbrados, al menos de los millennials para acá.
Esperemos que, muy pronto, ya no tengamos que estar buscando “inflación” en Google todo el tiempo.