Nos gustan las cosas que nos facilitan la vida y nos regalan tiempo extra para otras que realmente importan, como tiempo de calidad con la familia y amigos, nuestro propio bienestar y desarrollo profesional.
Gestionamos lo que más podamos de nuestro día en línea; minimizamos el tiempo de transporte de un sitio a otro; reducimos el contacto con sucursales y tiendas físicas al máximo, hacemos el 90% de las compras online (desde el súper hasta los calcetines cuando ya están rotos), pagamos todos los recibos en línea, gestionamos las finanzas desde el celular, tomamos consultas médicas de forma remota y, al salir, nos movemos usando apps de transporte.
Pero algo pasa cuando nos preocupamos por el retiro. Llega ese momento en la vida en el que te das cuenta que no te estás volviendo más joven y bella, y que cada día que pasa es un día menos en los años productivos (perdón el fatalismo, pero es real, la verdad a veces duele).
Te das cuenta que lo de las pensiones no es broma, que te tocará tu turno y te afectará. Con un golpecito en el corazón, entiendes que si no te organizas y empiezas a ahorrar voluntariamente para tu retiro desde ya, vas a recibir de tu AFORE, en el mejor de los casos, el 40% de tu salario como pensión. Sabrás que si vives mucho te puedes quedar sin pensión, y que posiblemente vas a tener que trabajar hasta que mueras para mantenerte a ti y al estilo de vida de los michis.
Como en una ruptura amorosa pasas por 3 estados: negación, depresión y aceptación. Después de superar las dos primeras, te das cuenta que en 30 años nadie va a salir a tu rescate. La solución depende totalmente de tí, y que como las inversiones o las cremas anti arrugas, la pensión tiene un costo de oportunidad: entre antes empieces, mejor.
Decides que la única forma de tomar cartas en el asunto es trabajando en solucionar el problema desde ya. Corres a abrir la compu y empiezas a googlear “Ahorro voluntario para la jubilación”. Piensas, obviamente todo está en internet. Saltan muchas páginas de Google Ads, instituciones financieras y aseguradoras. No entiendas ni papa qué te estaban ofreciendo.
Das un pasito para atrás: ves videos de YouTube donde te explicaban cada producto que ves y entiendes que no quieres un seguro, quieres libertad en el manejo de tu ahorro pensional voluntario y disminuir la fricción de las comisiones. Pero tampoco quieres ahorrar en tu AFORE voluntariamente, prefieres diversificar: no poner los huevos en la misma canasta que tu ahorro obligatorio. Y así, finalmente, llegas a los PPR-Plan Personal de Retiro. Piensas já, eso es justo lo que necesito.
Segunda googleada después de 4 videos en YouTube y llenar la barra superior del navegador de pestañas que ya ni recuerdas qué contienen. Search: abrir PPR. Aparecen varias opciones, entre ellas Fintual. Abres las opciones una a una en una nueva pestaña para compararlas, entender qué te ofrecen y cómo se diferencian.
Paréntesis acá: si hay algo bueno del online shopping es la transparencia: poder comparar, tener a un click las características de los productos que quieres comprar, saber las especificaciones, ver videos, leer reseñas, comparar precios.
Cuando empiezas a abrir las páginas te encuentras con textos largos y estándar. Básicamente, describen las características de un PPR y el beneficio fiscal. Pero algo te pareció extraño, hasta oscuro: ningún competidor, a excepción de Fintual, te permite saber los costos asociados, y muy pocos hablaban de requerimientos, montos mínimos, máximos y hasta recurrencia y penalidades. TODOS, con excepción a Fintual, te obligan a contactar y solicitar cita con un asesor para saber la verdad de fondo del PPR que ofrecían.
¡Qué pereza! No quieres perder tiempo de tu vida con un asesor, hacer una cita y enfrentarte a que posiblemente te diga cosas verbalmente que no lograras retener en tu cabeza más de 15 minutos; que termines contratando un PPR con un contrato que no entiendes, y hasta un seguro para tus plantas por inercia. Todo, sin saber a qué te enfrentas.
Pero, ¡aleluya! Encuentras el PPR de Fintual, que no solo es totalmente transparente en las condiciones del producto en la página, sino que a tan sólo un par de clicks y sin necesidad de contactar un asesor, te permite invertir desde ya. Además, es el único que te ofrece un simulador para entender el potencial de tu ahorro a futuro. Al usarlo sientes tanto alivio de que quizás no tendrás que trabajar hasta la muerte y vivir una vejez tranquila :)
Pero hay que hacer la tarea bien. Después de saber que Fintual está ahí para ti, decides comparar productos. Llenas tus datos a un par de páginas que ofrecen PPR y esperas a que te contacten los asesores. Recibes un par de correos de “do-not-respond hemos recibido tu solicitud”. Un asesor te contacta 5 días después pidiendo llenar un formulario y solicitando más información. Otro responde dos semanas más tarde. A los 7 días te desesperas y con tan solo dos comparaciones, decides que Fintual es tu mejor opción.
¿Por qué escoges Fintual? Bueno, muy fácil: es 100% digital, no tiene montos mínimos ni máximos, la comisión es muy competitiva, no tiene penalidades y puedo depositar lo que quiera, cuando quiera, directo desde mi cuenta bancaria.
En Fintual, tu dinero es tu dinero.
A los 3 meses de haber llenado formularios de solicitud de información de PPR a instituciones, te llega el correo de una de ellas requiriendo llenar más información para hacer una cita con asesor. Durante esos 3 meses ya habrías aportado 3 meses de ahorro voluntario a tu PPR.
Si quieres facilitarte la vida, puedes abrir tu PPR 100% digital ingresando aquí.