Como cada lunes, con mi jefa Florencia discutimos qué artista vamos a usar como referencia esa semana. Para esta semana, obviamente, la pregunta era qué artista representa mejor que ningún otro la Navidad.
No estaba fácil, ya que producto de la influencia del cristianimo, la festividad siempre ha sido un tema recurrente dentro de la pintura occidental. Peter Bruegel pintó El censo de Belén, Rafael la Madonna de San Sisto, Caravaggio una Adoración de los pastores al igual que Leonardo Da Vinci.
Pero claro, por la época de cada pintor y el resto de su obra, es lógico esperar una que otra pintura navideña en su catálogo. Era parte del canon.
Por eso quedamos tan sorprendidos cuando nos cruzamos con las pinturas navideñas de Salvador Dalí. Un pintor que alguna vez declaró "No tomo drogas, soy las drogas" se juntó con la empresa más navideña inocentona del mundo, Hallmark, y se dedicó a pintar tarjetas de Navidad.
No era una práctica nueva en todo caso, Picasso y Georgia O'Keeffe ya habían pasado por las tarjetas navideñas de Hallmark, así que cuando en 1959 ficharon a Dalí, nadie se sorprendió demasiado. El pintor español, obviamente, puso ciertas condiciones: “15.000 dólares en efectivo por adelantado por 10 diseños de tarjetas, sin sugerencias de Hallmark sobre el tema o el medio, sin fecha límite y sin regalías”. Como el rockstar que era por esos años.
No sé bien qué esperaba Hallmark, porque obviamente el resultado fue muy, muy Dalíesco.
Y claro, como era de esperarse, el dueño de Hallmark quedó un poco sorprendido con el resultado: camellos a lo loco con los reyes magos encima, ángeles sin cabeza, una madonna sin rostro, y muchas, muchas mariposas. Al final solo la Madonna con hijo y la Natividad se usaron, aunque por poco tiempo, debido a la respuesta negativa del público. Con lo que su fundador, Joyce Clyde Hall, prefirió retirarlas por completo del mercado.
Pero ojo, no es que Dalí se dedicara a la Navidad solo por encargo. Según cuenta la profesora Rebecca Bender, Dalí ya había diseñado varias tarjetas de Navidad para la empresa catalana Hoechst Ibérica.
Así que podríamos decir que Salvador se pasó buena parte de su vida pensando y pintando la Navidad. Pero claro, a su manera y en su estilo, aunque al público norteamericano no le haya gustado mucho.
Así que intentamos, dentro de lo posible, que la IA nos dibujara obra dalianas con motivos navideños, aunque no fue fácil: se ve que está un poco obsesionado con las dos o tres pinturas más famosas de Salvador.