Por lo general, la pintura más antigua suele parecernos más seria. Es entendible: los grandes maestros fueron siempre gente seria que pintaba sobre temas serios. Pero la verdad es que la pintura tiene mucho de humor, a veces escondido y otras veces, como en el pintor holandés Jan Steen, en primer plano.
Nacido en 1626, a Steen se lo suele asociar con su contemporáneo francés Moliere: ambos entendían la vida como una comedia de situaciones, o en términos contemporáneos, una Sitcom.
La primera vez que vi un cuadro de Steen pensé en Friends o Seinfeld: una familia se pone a almorzar cuando por la ventana aparece el típico vecino ecléctico con su pipa a contar el embrollo en el que se metió esa mañana cuando compraba gallinas. Mientras tanto, el dueño de casa se obsesiona con un nuevo vino que le regaló su amigo viñatero y que tiene gusto a... bueno, ahí empieza el capítulo.
Para que te hagas una idea: sus imágenes de casas en caos, chicas enfermas y posadas llenas de adultos borrachos y niños que corren desenfrenados son tan conocidas, que en holandés se usa el término “una casa Jan Steen”.
Además, siempre le encantaron esos personajes estrafalarios de su época. En cuadro de abajo aparece uno de sus tópicos preferidos: el falso médico.
Steen se reía un poco de los aldeanos y campesinos que caían en las trampas de esos falsos doctores. Bueno, no por nada se les llamaba "matasanos" en esa época, algo totalmente impensado para esos días donde los médicos son, seguramente, la profesión más reverenciada de todas. Bueno, no es coincidencia que en sus obras más tardías los doctores ya se ven más respetables y tienen clientes más adinerados. A todos nos llega la edad, ¿no? como en la obra siguiente:
Pero Steen no era simplemente un bully que le gustaba burlarse de la gente. Para tener un humor fino como el suyo, hay que saber reírse de uno mismo: así que se pintó varias veces dentro de sus cuadros como un tipo fácil de engañar y medio borrachín.
¿Adivinas qué personaje del cuadro es Steen? Yo sospecho que es el del medio, y ahí las conjeturas se pueden disparar para cualquier lugar.
Para las portadas de nuestros textos de esta semana, no sé si logramos ese caos y ese humor que caracterizaba a Steen. Tal vez el estilo se le parece, pero parece que la inteligencia artificial todavía no adquiere ese humor fino que solo algunos artistas muy talentosos tienen.
*Muchas gracias a Daniela Fuentes Ramírez, quien me empujó a escribir una mejor versión de esta columna.