Siqueiros tenía tan solo 15 años cuando, en el centenario de la Independencia de México y en medio de la Avenida Hidalgo, se le escuchó gritar un "¡Muera Porfirio Díaz!". Un cochero elegante no le gustó el grito y le pegó un azote, y se armó tremenda trifulca.
La anécdota marca el carácter y la personalidad de Siqueiros, uno de los muralistas más importantes de la historia de México. No es casualidad que durante la Revolución Mexicana se haya unido al ejército constitucionalista de Venustiano Carranza, luchando 5 años en diversas partes del país.
Cuando ya se veía el fin del conflicto a la vuelta de la esquina, Siqueiros partió a Europa a continuar con su educación artística. Allí conocería a Diego Rivera, entre varios otros artistas del movimiento modernista. Sus experiencias en la Revolución Mexicana y luego en la Guerra Civil española marcaron su arte, sin lugar a dudas, algo que queda claro en estas declaraciones:
"Nunca fuimos sólo artistas. Podíamos escribir y lo hicimos. Podíamos dirigir reuniones. Nos organizamos y organizamos a los demás. Cuando de adolescente encabecé la huelga en la Academia, nuestro sindicato hizo dos demandas: "¡Fuera los académicos" y "¡nacionalizar los ferrocarriles!" Fue una tontería, por supuesto, pero indica nuestro espíritu. Podíamos luchar. Algunos de nosotros nos convertimos en generales. Yo mismo sigo siendo capitán de la reserva del ejército mexicano y teniente coronel del ejército de la España republicana. En los viejos tiempos solíamos pintar con pistolas en el cinturón. ¡No podrían habernos detenido si lo hubieran querido!"
Arte y política están, como en buena parte del movimiento muralista mexicano, totalmente interconectadas. Y en la obra de Siqueiros tal vez más que en ningún otro artista. Algo que incluso la IA logra captar: