Hoy se anunciaron las nominaciones al premio del cine más conocido en el mundo. Y aunque a primera vista se podría pensar que la meritocracia es lo que prima, la verdad es que hay un camino muy cuidadoso que los expertos siguen y en el que invierten dinero para llegar a la estatuilla dorada.
¿Por qué la gente quiere una estatuilla?
Primero, los conceptos mínimos. ¿Por qué se busca tanto el Óscar? No viene con un premio en metálico ni tiene valor monetario. De hecho, técnicamente está prohibida su venta, y si los recipientes quieren deshacerse de él tienen que primero ofrecerlo a la Academia que los otorga por una suma de 1USD. No es por el dinero.
El Óscar es simplemente un Óscar, pero es tradición y por ende tiene el valor asociado que nosotros mismos le damos. Mientras se sigan entregando en ceremonias televisadas y registradas para la posteridad, los artistas lo querrán y el caché de tener su nombre asociado al premio les permitirá abrir puertas, conocer contactos, tener exposición y cobrar más en futuros proyectos.
En un mundo competitivo como el del arte, cualquier incentivo ayuda a destacar. Y en una industria donde los premios y ceremonias abundan, valerse del más importante es una distinción que de seguro impulsa carreras.
Es por eso que, aunque haya empezado de forma menos calculadora, ganar un Óscar importa. Y ahora se montan unas estrategias enormes, se invierten grandes sumas de dinero y se planifica por meses la manera de llegar a la ceremonia de premiación.
Los pasos a seguir para llegar a la ceremonia
Técnicamente, si la mayoría de los 10,000 miembros de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas –una entidad a la que solo te puedes unir por invitación– votan por ti en tu categoría respectiva, obtienes una nominación. La cosa está en el cómo hacer que te vean y voten por ti.
Las reglas básicas dicen que la película que compite debe estrenarse entre el 1 de enero y el 31 de diciembre para calificar, y permanecer en un cine de California durante una semana. Desde ahí, el juego se complejiza.
Festivales de cine
No es un hito obligatorio, pero cada vez sirve más que la película se estrene en un festival de cine de alto perfil. Considerando que Sundance se lleva a cabo en enero, esto puede significar que la película empiece su recorrido hacia los Oscars un año antes de la ceremonia. La Memoria infinita y Past Lives son ejemplos de películas que tuvieron que mantener el interés todo el año para llegar a recibir sus nominaciones hoy.
Luego está Cannes en mayo, que cada vez está cruzándose más con los gustos de una Academia que se ha puesto más y más internacional. Parasite recientemente ganó ambos galardones máximos, Mejor Película y la Palma de Oro y este año Anatomía de una caída quiere hacer lo mismo.
Y luego están los grandes del segundo semestre. Venecia y Toronto se llenan de estrellas de Hollywood y estrenos anticipados que, más que querer formar parte de una muestra de arte, parecen dar el puntapié oficial a la llamada Awards Season que empieza en septiembre. Eso benefició este año a Poor Things, que ganó en Italia y empezó con fuerza su campaña, y a American Fiction, que nadie tenía en su radar hasta que ganó en Canadá.
Estrenar en grande en un festival pone a la crítica a hablar y crea expectativas. Es un buen primer paso.
Estrenos estratégicos
Esto tampoco es una regla oficial, pero publicistas y estrategas que buscan que sus clientes logren la codiciada nominación saben que no da lo mismo cuándo se estrena una película.
Dado que las votaciones para los Óscar ocurren en enero, la idea ha sido estrenar la película lo más tarde posible en el año, para que esté fresca en la mente de los votantes y se esté hablando de ella en el momento crucial de votación. Que no te olviden.
Es mucho más difícil mantener interés a lo largo de todo el año, pero aún así hay películas que lo logran. Everything everywhere all at once, que seguramente se lanzó sin tener en mente que podía llegar a competir por premios, se estrenó en marzo y es la más reciente ganadora del Óscar a Mejor Película, pero es una anomalía.
Barbenheimer pueden estrenar en julio y llegar a los Óscars solo por el calibre de su producción y el fenómeno que representaron, pero para los demás, la mejor fecha de estreno para que te nominen es diciembre. Y para ganar, septiembre y octubre. En el gráfico de la izquierda, que muestra las últimas ganadoras a Mejor Película, están en negrita todas las que se estrenaron en esos dos meses.
Precursores
¿Les suenan los Golden Globes? ¿Los Critics Choice? ¿Los SAG? Y, si son más fanáticos, están los Gotham, los Independent Spirit Awards, NBR y muchos, muchos más. Son todos los premios que se entregan los meses previos a los Oscar y que sirven como antesala.
Corresponden a organizaciones distintas compuestas por gente distinta. Algunos son críticos, otros son periodistas, otros insiders de la industria. Pero van trazando el camino para algunos contendientes, realzando películas y artistas y así le indican a los votantes de la Academia qué obras deberían estar viendo.
Si son televisados o cubiertos en los medios, podemos conocer mejor a los posibles nominados y darnos una idea de su imagen pública, la narrativa que forman en torno a su película y, finalmente, si nos caen lo suficientemente bien como para querer verlos ganar.
Este año, por ejemplo, Lily Gladstone y Emma Stone ganaron la mayoría de los premios a Mejor Actriz, por lo que sus nominaciones al Óscar estaban selladas. Da’Vine Joy Randolph, que no es una figura conocida, ha ganado más de 40 precursores, por lo cual alzó su perfil y quedó claro el nivel de entusiasmo que hay por su actuación en la industria. Pero alguien como Greta Lee de Past Lives, por ejemplo, necesitaba que los críticos y precursores la señalaran más, ya que su perfil como estrella es menor y su película es más independiente. Finalmente no logró la nominación.
La campaña y el dinero
Y aquí viene lo más importante. Se ha vuelto costumbre montar una campaña en torno a una película de la misma forma que se haría en política alrededor de un candidato. Publicidad en revistas y carteles, fiestas, muestras privadas de la película, envío de copias digitales y de mails publicitarios buscan que la mayor cantidad de gente vea la candidata en cuestión.
Todo esto cuesta dinero, y los estudios más grandes están dispuestos a desembolsar millones de dólares contratando estrategas y publicistas y llevando a cabo campañas que a veces incluso superan el presupuesto de las películas.
Maite Alberdi, que hoy recibió su segunda nominación, conoce el tejemaneje y lo explica mejor que nadie (a partir del 16:40)
No se le puede pedir votos directamente a los académicos, tiene que parecer que estás celebrando la película y su mensaje, crear una narrativa en torno a su importancia y luego bombardear a todos poniéndola en frente de la mayor cantidad de gente posible.
Emails que cuestan $2,000 USD para que la Academia promocione tu película, pagar $12,500 para que una copia de esta sea ingresada en la plataforma de streaming de los académicos, arrendar un cine por $40,000 para una función exclusiva y hacer que las estrellas de la película vuelen para presentarla y sacarse selfies con votantes. Todo eso puede ocurrir y, claramente, beneficia a aquellos que tienen el dinero para costearlo.
Calidad
Es estrategia, política y competencia dura y despiadada, pero podemos terminar en un tono menos cínico. La verdad es que, al final de todo, estamos hablando de películas, obras de arte que ojalá nos emocionen, conmuevan y hagan reflexionar. Si una película lo logra, el camino hacia la nominación es mucho más fácil. Los votantes querrán apoyarla.
Cuesta mucho generar interés colectivo y conversación en torno a algo que simplemente no es bueno, que es vacío o que se hace pasar por relevante. Muchas de las críticas hacia Harvey Weinstein como productor eran sobre su manera de posicionar películas mediocres como contendientes para los Óscar, gastando fortunas y aplastando a su competencia para lograr la nominación. Pero también está el caso contrario.
Hoy podemos ver películas independientes sorpresivamente llegar al podio. Películas extranjeras que no tienen presupuestos hollywoodenses también. La Academia se está abriendo poco a poco y es verdad que una película pequeña puede terminar compitiendo con una gigante la noche de la ceremonia. Solo que es más fácil que lo logre si sigue todos los pasos ya mencionados.
¿Y qué películas lograron ser las nominadas al Óscar este año?
Oppenheimer fue la película que logró más nominaciones (13). Un dato interesante es que ninguna obra de Nolan ha ganado antes la categoría “Mejor película”.
En esa categoría a mejor película también fueron nominadas Poor Things, American Fiction, Anatomy of a Fall, Barbie, The Holdovers, Killers of the Flower Moon, Maestro, Past Lives y The Zone of Interest.
¿Cuál crees que merece ganar, más allá del lobby y la inversión? O, ¿cuál crees que va a ganar, pero no se lo merece? Escríbenos tus teorías a cartas@fintual.com, y si son buenas las publicamos en la próxima newsletter.