La conferencia, cuyo nombre está inspirado en la película de Alfred Hitchcock, North by Northwest, tuvo su primera edición antes de que yo naciera: en 1987. Tecnología, películas, música, educación y cultura, todo en Austin, Texas.
Qué es el SXSW
La conferencia SXSW tiene un alcance tan amplio, que ha sido el debut de grandes empresas de tecnología (como Twitter en 2007, y Foursquare en 2009) y también es un evento conocido por lanzar al estrellato a artistas como Janelle Monae, John Mayer, Amy Winehouse, The White Stripes… En la edición de 2016, Barack Obama y Michele Obama fueron los keynote speakers.
Pero recién en la edición de 2023, que terminó este domingo 19 de marzo, logré al fin ser testigo. Si este artículo te parece abrumador y te dan ganas de saber más sobre temas que no conocías, significa que logré transmitir de manera precisa mi sensación y experiencia de los últimos 10 días.
Para empezar, planear a qué ir en la conferencia es más difícil que decidir qué escuchar en un Lollapalooza: hay alrededor de 50 eventos ocurriendo simultáneamente en el SXSW, como parte de los 25 tracks distintos (tracks son por ejemplo tech, startups, comida, cannabis, media, música, XR y Metaverso, etc.), dispersos en distintos hoteles, "casas" auspiciadas por empresas o países, restaurantes, bares, teatros, cines e incluso iglesias.
Los números exactos de esta edición aún no han salido publicados, pero se estima que participaron alrededor de 300,000 personas. Y, sorpresivamente, más de 2,000 era brasileños (yo entre ellos). Los brasileños eran tantos que, cuando una mujer chocó conmigo en la calle, en vez de decirme "sorry", me dijo "desculpa", directamente en portugués.
Otra cosa que me llamó la atención fue la ciudad sede. Mientras las personas usan botas de cowboy, sombreros largos, nadan y hacen kayak en el río de Austin, Elon Musk desarrolla tecnología de punta en su GigaFactory. Austin tiene una población de menos de 1 millón de personas y, al mismo tiempo, acoge las empresas tecnológicas más innovadoras del mundo, como Dell, IBM, Apple, Amazon, Meta, Tesla, SpaceX y Microsoft.
Durante la conferencia escuché 20 charlas, paneles o presentaciones sobre los temas más diversos: Cómo empresas y escuelas están prohibiendo el uso de Generative AI cuando en realidad deberían estar aprendiendo y enseñando cómo usarlo y apalancarse de las ventajas que ofrece; sobre el renacimiento de los psicodélicos y su uso para tratar la depresión; sobre el futuro del trabajo y cómo el 50% de la fuerza laboral estadounidense van a ser CEOS en 2030 (un nombre más elegante para freelancers); sobre cómo 9 de cada 10 personas en EE.UU. están dispuestas a ganar menos para tener trabajos que les hagan más sentido; sobre iniciativas exitosas que están creando alojamiento para la base de la pirámide en São Paulo y Medellín; cómo personas con relaciones fuertes en el ambiente laboral tienden a tener una mejor performance que las personas que son más pasivas; cómo la marca Patagonia está innovando para que una empresa privada defina el “éxito” al hacerse cargo de su impacto en cada etapa de su línea de producción; y cómo debemos usar AI en el trabajo para que nos sustituyan en las pegas automáticas que no nos gustan - y así tener más tiempo para las que sí nos gustan.
Pero de todas estas charlas, la de la futurista Amy Webb fue la más popular. Había un zigzag de personas que salía de la entrada del Ballroom D del Austin Convention Center en el piso 4, bajaba por las escaleras al piso 3, y piso 2 con más zigzags, hasta llegar al piso 1 y después volvía a subir. Llegué con más de una hora de anticipación y me tocó esperar desde el piso 3 en la cola. Mientras esperaba su charla, estimé que la cola aumentaba a 100 personas por minuto. Por suerte logré entrar, ya que mucha gente no logró conseguir una silla en el salón de más de 2.500 asientos. La espera valió la pena.
"Estamos en el fin de internet como lo conocemos actualmente", dijo Webb, porque de aquí en adelante es todo comunicación. Ya no usamos internet para hacer búsquedas, es internet quien nos busca a nosotros. Y no hay cómo retroceder en eso. El internet no “des-aprende”.
Y tenemos que ajustarnos a eso. La comparación que hizo fue con la calculadora: nadie -a menos que sea jugando- ha vuelto a hacer cálculo mental después de la calculadora. No hay cómo ignorar que la calculadora existe y está en todas partes. Pero para que sea útil, hay que aprender a usarla. Hay que enseñar a las personas a hacer las preguntas correctas y poder apalancar su tiempo y trabajo. “Nunca más vas a volver a poder pensar por ti mismo."
También había una expo de industrias creativas con numerosas (¿algunas centenas?) de exhibiciones. Lo que más me impresionó fue el debut del prototipo de una cabina de una aeronave eléctrica de despegue y aterrizaje vertical (electric Vertical Take-Off and Landing, eVTOL), de Eve, una subsidiaria de la brasileña Embraer. La cabina del eVTOL es silenciosa, eficiente y sostenible: con cero emisiones, logra acomodar a 4 personas y un piloto y pretende partir con su operación comercial en 2026.
Realidad Virtual en SXSW
También me gustaría comentarles sobre dos de las 7 experiencias de realidad virtual que tuve.
- Fresh Memories: The Look, fue producida en Ucrania después del inicio de la guerra. Durante la experiencia inmersiva de realidad virtual, entré en las casas, escuelas y oficinas de trabajo de los Ucranianos de la ciudad Kharkiv que estaban totalmente destruidas. En cada escenario, veía una persona en “su espacio” mirándome a los ojos, mientras yo observaba toda la destrucción. Esa experiencia es totalmente distinta a ver fotos y videos de las escenas de guerra. Es como si hubiese estado ahí, junto a las personas que, en algunos casos, perdieron todo.
- Lou es vivir, en primera persona, cómo es ser un niño autista por algunos días de tu vida: en tu fiesta de cumpleaños y el primer día en el colegio. Las directoras Martine Asselin y Annick Daigneault se basaron en historias y experiencias compartidas por personas autistas e inspirada en sus niños. Es muy emocionante sentirse en el cuerpo de un niño autista y verse a través de los ojos de su mamá, muy atenta y que intenta entender, respetar y también educar a su hijo.
La música del festival SXSW
Pasados los 6 días, el mundo tech fue sustituido por uno más cool, del rubro de la música y el cine. El estilo de las personas dejó atrás el business casual, y fue reemplazado por el hipster trendy. La agenda tech fue de a poco perdiendo espacio para estrenos de películas y festivales de música.
Uno de los que más me gustó fue una noche de música liderada por mujeres en la iglesia presbiteriana central, auspiciada por Audiofemme, que apoya la creación de contenido por mujeres, BIPOC (Black, Indigenous, and People of Color) y LGBTQIA+, y también tienen un fondo de acceso a aborto. Satya, de 21 años, fue el highlight de la noche.
También vi tocar a los nostálgicos The Zombies, banda formada en el inicio de los años 60, contemporáneos a los Beatles. O la banda icónica brasileña Os Mutantes, formada en 1966, famosos por el rock con influencia psicodélica.
Cine
El documental Wild Life, de los cineastas ganadores de Oscar, Chai Vasarhelyi y Jimmy Chin, cuenta la historia de Kris y Doug Tompkins. Los dos se retiraron de sus carreras en Patagonia y North Face para estar juntos y dedicarse a la conservación de la Patagonia en Chile y Argentina, lo que resultó en la donación de tierra privada más grande de la historia. La película tiene una delicadeza y fuerza impactante.
Ahora que vuelvo a pensar y escribo sobre todo lo que aprendí, escuché y viví, me doy cuenta de todas las cosas que no alcancé a ver. Creo que solo me queda una alternativa: volver al SXSW el próximo año.