Por fin es fácil moverte de una institución financiera a otra.
“Discúlpenos por el servicio intermitente”, “Banco de destino no se encuentra disponible”, mantención programada, cartola inentendible.
Si te aburriste de todo eso, la portabilidad financiera te va a servir un montón.
El primer paso
Es pedir lo que se llama “certificado de liquidación” en tu banco o institución financiera.
En tu banco probablemente tienes contratados varios productos y este certificado gratuito lista todos los que tienes vigentes en un formato estándar, para que las entidades hablen el mismo idioma.
Lo que puedes cambiar
- Cuentas vista
- Cuentas corrientes
- Líneas de crédito
- Tarjetas de crédito y débito
- Créditos de consumo
- Créditos hipotecarios
- Créditos automotrices
(No aplica para productos de inversión o ahorro).
Puedes cambiar todo o sólo una sola cosa. En el certificado especificas lo que quieras mantener y lo que quieras cambiar.
Y con este documento vas a una institución que te tinque. El Sernac recomienda que compares en al menos 3.
Como está en un formato estándar, esta entidad va a saber qué es lo que tienes y así ofrecerte una oferta más competitiva, detallando los productos y condiciones y permitiendo comparar con números ambas opciones.
Tienes por lo menos 7 días hábiles para tomar la decisión.
Finalmente, si aceptas la oferta, la nueva institución va a poder comprarle esa cartera de productos –cuentas, tarjetas, deudas, etc– a tu ex banco y activarla.
Algo bacán es que con este sistema la institución de origen ya no va a tener que estar de acuerdo con el cambio para empezar el trámite.
El traspaso se hace de manera interna entre empresas, así que son ellas las que se tendrán que hacer cargo del papeleo. Y esto tiene algunos beneficios.
El ministro de Hacienda dijo que este traspaso disminuye el tiempo del trámite en un 40%, mientras que los costos disminuirán en un 60%:
La letra chica: te pueden decir que no
Esta ley obliga a las entidades a responder tu solicitud, pero no las obliga a hacerte una mejor oferta.
Si la institución de destino vio algo que no le gustó cuando revisó tus antecedentes financieros, puede no hacer una oferta para que te cambies.
Por otro lado, tu banco podría hacerte una contraoferta para tratar de retenerte, pero no pueden impedir que te cambies ni poner condiciones para hacerlo.
¿Entre qué instituciones me puedo cambiar?
Los bancos no son los únicos que pueden tener estos productos y dependiendo de lo que sea que quieres cambiar, puedes terminar yéndote a:
- Compañías de seguros
- Cajas de compensación
- Cooperativas de ahorro y crédito (como Coopeuch)
- Agentes administradores de mutuos hipotecarios endosables
- Instituciones que coloquen fondos de manera masiva (empresas que otorgan créditos automotrices)
- Emisores de tarjetas
- Bancos
¿Tengo que pagar?
No. La solicitud de portabilidad, el certificado de liquidación y el término de productos financieros no tienen costo.
Sólo en casos de refinanciamiento de algunos productos existen comisiones de prepago. Puede que tengas que pagar aranceles de notarios y Conservadores de Bienes Raíces.
Se espera que con esta ley aumente la tasa de refinanciamiento, que en palabras simples es qué tan frecuentemente se cambian las condiciones iniciales de un crédito. En México, con una reforma parecida, esta tasa subió de 1,6% a 14,3% en dos años.