Postularon más de 1.000 personas, seleccionamos a 10. Me tocó acompañarlos en su primera semana en el Fintual Intensivo en Natales (FIN) como mentor. Aquí te cuento qué fue lo que vi.
Lunes, feriado. Vuelo de Santiago a Punta Arenas a las 7:00 AM. Aunque para llegar a este punto pasaron por varias etapas, yo no había tenido oportunidad para conocer a las 10 personas seleccionadas para la FIN. Así que mi primer contacto con ellos fue en la sala de espera para embarcar.
Llegamos a Punta Arenas y nos apuramos a sacar las parkas de los bolsos para protegernos del frío. Siempre te dicen que es el punto más austral del mundo, y se nota. Carlos, uno de los 10 participantes, nos esperaba en el aeropuerto. Él vive en Punta Arenas hace 6 años. Nos subimos al bus que nos llevaría a Puerto Natales, nuestro destino final.
En esta época del año no hay vuelos a Natales, al parecer son muy pocos los interesados en viajar. Entre septiembre y marzo, los meses más altos para el turismo, se abren vuelos diarios.
Los participantes se instalaron en 2 hostales, y yo me quedé en un tercero, junto al equipo de Fintual que hará el registro audiovisual de la primera y la última semana. Ese lunes en la noche nos juntamos en el airbnb de Pedro (CEO de Fintual), que justo estaba en Natales pasando unos días off. Después de unas cervezas, comimos un estofado que preparó Hugo, un chef venezolano que se instaló hace años en Puerto Natales con un restaurante llamado Los coigues. Él estará a cargo de los almuerzos y las cenas de la FIN durante estos 3 meses.
Los seleccionados estaban ávidos de saber más sobre Fintual: la cultura que tenemos, cómo trabajamos y otras curiosidades varias. Estuvimos unas dos horas conversando sobre esto y luego pasamos a lo más importante: escucharlas a ellas. Se presentaron e intentaron explicar por qué habían tomado la decisión de renunciar a sus trabajos y dejar sus hogares y familias durante estos 3 meses.
Estamos felices de tener una alta diversidad en el equipo: etaria, geográfica, laboral y de género. Cada persona tenía distintas respuestas a la pregunta de por qué habían decidido venir a la FIN, pero había un elemento coincidente entre todas. Y es que veían que esta experiencia en sí misma ya les podría abrir muchas oportunidades. Sin tener nada de claridad de qué harían después, sabían que se les abría un mundo nuevo.
Martes, día de instalación. Lo primero fue conocer El Galpón, donde están las oficinas de Fintual en Natales y nuestras seleccionadas estarán trabajando y aprendiendo estos 3 meses.
Les pasamos sus computadores y empezaron a prepararlos para trabajar. Estarán divididas en 3 equipos, que se irán rearmando al término de cada mes. Todos trabajarán en el mismo desafío: desarrollar un software open source que pueda servirles a escuelas de peer to peer learning. Esto es: una app o aplicación que ayude a los alumnos a aprender entre ellos. Si volvemos a hacer otra versión de la FIN, nos gustaría poder usar ese software.
Miércoles, primera sesión. En la mañana me tocó darles la primera charla: "El camino para ser un buen dev". Les conté un poco sobre cuáles son las cosas a las que más le presto atención cuando estamos buscando sumar personas al equipo.
En realidad la idea de los mentores no es hacer clases expositivas, sino estar disponibles para acompañarlas en lo que puedan necesitar. En Fintual lo definimos así: que nos puedan pedir un doble click sobre un tema específico, y nosotros lo preparamos para el día siguiente o subsiguiente. En mi caso, como era mentor de la primera semana, acordamos llegar con un doble click propuesto por nosotros. Les haría un taller práctico sobre git, la herramienta que usamos los desarrolladores para hacer seguimiento a los cambios que le hacemos al código, y que nos ayuda a trabajar entre múltiples personas y sobre muchos archivos.
Durante el miércoles me pidieron otro doble click: cómo preparar los computadores para poder empezar todos desde la misma base un nuevo proyecto de desarrollo. Ese día me tocó quedarme hasta tarde armando un taller que incluyera lo que me estaban pidiendo.
Jueves, segunda sesión. Nos pasamos toda la mañana aprendiendo a usar git y luego cómo utilizar containers para configurar sus entornos de desarrollo.
Para algunas fue todo bastante nuevo. Otras ya tenían bastante experiencia con estas herramientas, así que me pudieron ayudar durante el taller cuando yo mismo tenía alguna duda. En un momento me encontré pegado con un problema, intentando resolverlo frente a todas las personas. Valentín, el artífice de la FIN, les dijo con bastante lucidez que cuando uno está desarrollando software, gran parte del tiempo se pasa resolviendo problemas y encontrando soluciones a cosas que uno no había previsto. Para esto es clave tu equipo: les preguntas, te ayudan, colaboramos entre todos.
Tiendo a pensar que para todas fue muy valioso el taller. La idea fue generar un espacio de aprendizaje acerca de herramientas que les contribuyan a construir y diseñar sus proyectos. Posiblemente algunas personas quedaron algo mareadas con tanta información nueva, pero mi apuesta es que con el tiempo todos los conceptos les irán haciendo sentido.
Viernes, la vuelta. Voy volando a Santiago. Un par de asientos más atrás viene Pedro. Nos encontramos aquí en el avión. Por si no te enteraste, lo entrevistaron del Diario Financiero mientras estábamos aquí en Puerto Natales.
Me voy muy entusiasmado, estoy convencido de que esta experiencia será súper enriquecedora para los 10 participantes. Y será una explosión de oportunidades, tanto para ellos como para Fintual.
Cada semana alguien de Fintual estará acompañándolos como mentor. Ya les iremos contando cómo sigue esto.