En torno a la mitad de los titulados de carreras de Artes, Humanidades y Ciencias Sociales afirman que hubiesen preferido estudiar otra carrera. Eso es lo que reportó un estudio de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) en mayo de este año.
Aún más sorpresivo fue para mí cuando le mostré el gráfico a las dos colegas (ambas humanistas) con que trabajo y me confirmaron el dato con su propia experiencia.
En el otro lado de la balanza se encuentran carreras ligadas a la ingeniería, donde sólo un cuarto de los que las estudiaron declaran que hubiesen preferido estudiar otra cosa.
Si bien es un estudio realizado en Estados Unidos, probablemente la mala empleabilidad que suelen tener algunas carreras es un motivo que se repite también en nuestro país. Esta discusión toma especial relevancia cuando uno de los temas que se estarán debatiendo en los próximos meses es precisamente la condonación del CAE.
Determinar si es justo condonar las deudas estudiantiles es difícil de cuantificar, tiene más de política que de números: ¿hasta qué punto es responsabilidad de cada persona elegir una carrera que tenga espacio en el mundo del trabajo? Difícil respuesta, sobre todo porque no necesariamente las carreras más demandadas en el pasado lo seguirán siendo en el futuro.