El fin de semana me junté con unos amigos a tomar algo, y un tema que siempre sale es el fútbol. Somos todos bien fanáticos, y en medio del usual repaso de las realidades de las ligas más grandes del mundo, Nicolás (o “El Kiko” para los amigos) dijo, con un leve tono irónico, “¿vieron el gol del nuevo Messi?”.
Es un fenómeno con el que los futboleros y futboleras ya estamos familiarizados. Cada cierto tiempo, aparece una joven promesa en el fútbol mundial, que debuta con no más de 17 años, y que ya sea por su formación, por su forma de juego, o simplemente porque juega en el Barcelona o en Argentina, hace recordar los inicios de Messi, y el mundo se entusiasma con poder llenar ese vacío que el 10 argentino se va rehusando a dejar.
Hace unos días, debutó en el Barcelona Marc Guiu, jugador español de 17 años, un 9 como los de antes, promesa de La Masía (la escuela de formación del Barcelona), donde llegó con solo 7 años.
En su partido debut, a los 23 segundos de entrar a la cancha, marcó su primer gol por el primer equipo. “El nuevo Messi”.
Las estadísticas de Messi son una locura, y desde su debut aún conserva algunas, pero otras varias las han roto distintos “nuevos Messi”. El primero que yo recuerdo, Bojan Krkic, debutó en 2007 en Barcelona, con 17 años y 19 días, siendo el debutante más joven en la historia del club, rompiendo justamente el récord de Lionel. Formado en La Masía, Bojan fue quizás el nuevo Messi con menos presión, porque todavía era muy poco lo que había conseguido el argentino con el Barcelona, aunque estaba condenado a ser comparado con él en la misma cancha.
La carrera de Bojan no tuvo la explosión que se esperaba, y con solo 32 años, en marzo de 2023, anunció su retiro del fútbol profesional, sin pena ni gloria.
En 2012 una joya emergía en el fútbol croata, un tal Alen Halilovic, de 16 años, que rompía récords con el Dínamo Zagreb y que con su juego hacía recordar a Lionel.
Fue tanta la comparación, que el propio Barcelona compró su pase en 2014. Al igual que en el caso de Krkic, ese fue el peak de su carrera, y hoy con 27 años se encuentra jugando en el Fortuna Sittard de los Países Bajos.
En noviembre de 2016, Carlo Ancelotti definió a un joven argentino como el “nuevo Messi”. Se trata nada más ni nada menos que de Paulo “La Joya” Dybala.
El cordobés es quizás el más laureado de esta lista infame, con un par de grandes temporadas en la Juventus de Italia y habiendo sido parte del plantel de la Argentina campeona del mundo en 2022, aunque registrando solo 17 minutos en cancha en todo el campeonato. Actualmente La Joya juega en la Roma de Italia, con 2 goles en sus 7 apariciones esta temporada, tratando de reencontrarse con su mejor fútbol a sus ya casi 30 años.
Ya más hacia el final de la carrera de Messi en el Barcelona, debutó en 2019 un joven Ansu Fati, de 16 años, que rompió también varios récords, como el del jugador más joven en hacer un gol en la historia del Barcelona, y sus tempranas estadísticas eran incluso mejores que las del propio Messi. Su juego se parecía mucho al de Lio, encantaba con la pelota en los pies, incluso heredó el dorsal número 10 cuando el argentino se fue al PSG.
Pero las lesiones le jugaron una mala pasada, nunca logró recuperarse al 100% ni volvió a mostrar el nivel que lo hizo merecedor de la camiseta del mejor del mundo, y en 2023 con ya 21 años, juega cedido en el Brighton de Inglaterra, donde no es titular indiscutido y lleva apenas 2 goles en la temporada.
Creo que ya se puede decir, sin temor a equivocarse, que Bojan, Halilovic, Dybala o Ansu Fati no fueron los nuevos Messi, como tampoco lo fueron varios más que en su minuto fueron señalados como tales.
Lamine Yamal es, fuera de Guiu, el más recientemente comparado con el 10 argentino. Hijo de inmigrantes, nació en Cataluña y se formó en La Masía. Este año se convirtió en el jugador más joven en marcar en la historia de La Liga y también en el más joven debutante y goleador de la selección adulta de España.
Todavía es muy pronto para evaluar y juzgar a estas dos nuevas promesas del Barcelona, hay que darles tiempo y ver cómo evolucionan y cómo se desarrollan sus carreras. La presión, sin embargo, ya la tienen.
En paralelo, hace unos pocos días, Messi ganó su 8vo balón de oro, con 36 años, a 14 años de haberlo ganado por primera vez.
Desde entonces, e incluso quizás desde antes, Messi no solo ha sido 8 veces el mejor jugador del mundo, sino que ha logrado mantenerse, de forma constante e ininterrumpida, en lo más alto del fútbol mundial, con títulos de clubes a nivel local e internacional, y también ya más entrada su carrera, con títulos junto a la albiceleste.
No soy psicólogo, pero si le preguntara a mi terapeuta muy seguramente me diría que como sociedad nos estamos negando a hacer el duelo por Messi. No queremos aceptar que esa figura del que lo ganó todo por años, del que hizo ver como niños carentes de talento o habilidad a los mejores defensores y arqueros del mundo, del que emocionó con sus goles y regates a tantos hasta las lágrimas, ya no va a existir más.
Porque no era así antes, Messi no es ni el nuevo Maradona, ni el nuevo Pelé, ni el nuevo nadie, antes de él (y de Cristiano), ningún jugador había ganado más de 3 balones de oro, antes de él, los grandes jugadores se remitían a un par de buenos años, 3 o 5 años quizás en lo más alto, como estrellas, ganando algún título importante. Así como en el tenis hace 30 años no habían un Federer, un Nadal ni un Djokovic, antes de Lio tampoco había un Messi, y después de ellos, por mucho que los busquemos, tampoco los habrá.