Como ya debes saber, la noche del viernes 14 de febrero fue muy movida para el presidente Javier Milei. Compartió en su cuenta de X, para sorpresa de todos en Argentina, un proyecto cripto llamado LIBRA, el cual consistía en la emisión de un token que, mediante una plataforma denominada “Viva La Libertad Project” actuaría como vehículo para invertir en pequeñas y medianas empresas de este país. Empujada por la difusión brindada por el presidente argentino, que atrajo el interés de una gran cantidad de inversores de todas partes del mundo, la cotización del token se disparó durante las horas siguientes.
Sin embargo, muchos miembros de la comunidad cripto y analistas financieros como Pablo Sabbatella y Santiago Siri, empezaron a manifestar dudas acerca de la sostenibilidad del proyecto:
La memecoin que supuestamente lanzó Milei hace una hora tiene TODOS los indicios de ser scam (pero podría ser real):
— pablito.eth 🦇🔊 ♢ (@PabloSabbatella) February 15, 2025
- Dominio registrado hoy en un registrar muy básico
- Email de contacto gmail
- El gmail está asociado a un número de teléfono de USA pic.twitter.com/nLmwRFCLqA
Particularmente preocupante era el hecho de que unas pocas billeteras mantenían en su poder la gran mayoría de los tokens, lo que es típico de los esquemas fraudulentos conocidos como Pump and dump.
Pump and Dump es una estrategia de un grupo de personas que tiene un activo, donde se planifica que alguien de renombre manifieste confianza en ese activo para que suba su precio y generar hype (pump). Cuando el precio logra un peak, ese grupo, que sabía de antemano que su activo solo adquiriría valor por la influencia de la persona famosa, simplemente vende (dump) todo a ese precio más caro del que compró, ganan, y el precio cae. Es lo mismo por lo que fue penalizada Kim Kardashian el 2022 y tuvo que pagar una multa de 1,2 millones de dólares a la SEC.
En el caso de LIBRA, los temores se materializaron una vez que la cotización del token superó los cinco dólares: en ese momento se produjo una venta masiva que derrumbó el precio, permitiendo a esas billeteras obtener cuantiosas ganancias, mientras que la gran mayoría de los inversores veían esfumarse su capital. Al mismo tiempo, el presidente Milei borró el posteo original y declaró, por el mismo medio, desconocer los pormenores del proyecto, lo que contribuyó aún más al hundimiento de LIBRA.
Este episodio, que tuvo gran repercusión mediática tanto a nivel local como internacional y probablemente configure la mayor crisis en términos políticos que ha tenido que enfrentar el gobierno de Milei desde su asunción en diciembre de 2023.
El presidente fue blanco de críticas y acusaciones no solo de parte de la oposición, sino también de algunos partidos aliados, periodistas y miembros de la comunidad cripto, quienes manifestaron su decepción con Milei por estar involucrado en un esquema semejante y su desconocimiento del funcionamiento del sector. El escándalo no pasó desapercibido tampoco por parte del público general: de acuerdo a una reciente encuesta, casi el 84% de los argentinos manifiesta estar informado en alguna medida del caso LIBRA, y el 73% cree que esto afectará la confianza en el presidente.
A pesar del gran abanico de reacciones negativas, la presentación de denuncias tanto en Argentina como en Estados Unidos, y la animada discusión pública acerca de qué grado de responsabilidad le cabe al presidente, en los últimos días el gobierno ha retomado en cierta medida el control de la narrativa, y parece poco probable que sufra impactos políticos en el corto e incluso mediano plazo.
Sin embargo, existe otro actor impactado por este caso, del que no se ha hablado en la misma profundidad: la pujante industria cripto argentina.
Cripto en Argentina: crecimiento a partir de la necesidad.
El escándalo LIBRA estalló en medio de un enorme desarrollo del ecosistema cripto en Argentina, lo que explica en parte la gran repercusión del caso. Porque la difusión y penetración de los criptoactivos es muy alta en este país: según“The 2024 Geography of Crypto Report” elaborado por la firma de análisis de blockchain Chainalysis, el país lidera la región en términos de volumen total de transacciones (superando a economías de mayor tamaño como Brasil y México) y se posiciona en segundo lugar en términos de adopción, aunque otros estudios lo ubican en primer lugar también en esta métrica. Además, es el país de Latinoamérica que más valor recibió de las criptos ese año:
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Aunque parecen datos positivos – como ya debes intuir – más bien son un síntoma de la inflación e inestabilidad macroeconómica de Argentina.
Esto, junto con las recurrentes crisis cambiarias, han golpeado severamente la confianza del público en el peso argentino, y han contribuido a generar conciencia en la población acerca de la necesidad de “poner la plata a trabajar” para evitar la erosión del poder de compra de sus ingresos y sus ahorros. En este sentido se podría decir que es uno de los países donde más personas entienden cómo funcionan las inversiones, porque ha tenido que recurrir a ellas “a la fuerza”.
Y por lejos, el mecanismo preferido de los argentinos para buscar protegerse de la constante pérdida de valor del peso es la compra y atesoramiento de dólares estadounidenses.
El problema, es que con el objetivo de proteger las escasas reservas de divisas del Banco Central ante el empeoramiento de la situación cambiaria en los últimos años, distintos gobiernos han instaurado un complejo y engorroso sistema de controles de cambios que busca restringir el acceso a divisas extranjeras por parte del público.
Estas medidas no solo han dificultado la compra de dólares para atesoramiento, sino que han hecho particularmente trabajoso el realizar transferencias de divisas desde o hacia el exterior, lo que ha tenido impactos negativos en el funcionamiento de la economía.
Es por eso que las criptomonedas, en especial las stablecoins atadas al dólar como Tether (USDT), se constituyeron como un mecanismo ideal para evitar estas restricciones y como un refugio de valor.
Y a diferencia de México, Brasil, y Colombia, donde la adopción de cripto por parte de personas físicas está orientada a la compra de Bitcoin, Ether y otras criptomonedas para llevar adelante actividades trading, de acuerdo al reporte “Panorama Cripto en América Latina” realizado por el exchange Bitso, en Argentina las stablecoins se posicionan como el segundo activo virtual más demandado.
No debería de extrañarnos: las stablecoins son criptomonedas que buscan tener precios con baja volatilidad, usualmente con una paridad 1:1 con el dólar norteamericano y esa estabilidad es al final la que quieren los Argentinos. Por ejemplo el Bitcoin tiene una volatilidad anualizada de un 70%, mientras que la del DXY (índice del dólar versus sus principales pares comerciales) es de tan solo 7%. Y de hecho, como explica el Economist en su artículo del 23 de febrero, tanto Argentina como Turquía – otro país con grandes problemas de inflación – están marcando una clara tendencia de la tracción que están agarrando este tipo de cripto.
El ecosistema que abrió paso a las criptomonedas
El proceso de adopción de las cripto en Argentina también fue facilitado por la existencia de una activa comunidad de desarrolladores Web3 y emprendedores, que hicieron que surgieran startups locales como Lemon, Ripio, Decrypto y Koibanx: empresas reconocidas que logran acercar el mundo de los criptoactivos al público general.
Además, el volumen del mercado argentino atrajo a muchos de los principales jugadores internacionales y regionales al país, como Binance, Coinbase y Bitso. Todos estos desarrollos han contribuido a generar un entusiasmo generalizado con respecto al potencial de crecimiento del sector y su contribución a la economía de la Argentina.
Un contexto regulatorio favorable
Un factor que alentó este entusiasmo cripto en el país (y potenció el impacto de este caso en el ecosistema) es que el gobierno de Milei, a diferencia de sus predecesores, venía llevando adelante una fuerte política pro-cripto, al punto tal que el propio presidente declaró en varias oportunidades su intención de incluir a las cripto como una alternativa más en su propuesta de establecer una “competencia de monedas”, incluso para su uso diario como medio de pago. Este enfoque derivó en la concreción de una serie de hitos regulatorios por que contribuyeron a la consolidación del sector y al crecimiento de la confianza pública en la industria:
- Se impulsó la modificación la Ley de Lavado de Activos, que incluye a las transacciones con activos digitales entre las operaciones a monitorear, y establece un registro de Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (PSAVs) bajo la órbita de la Comisión Nacional de Valores (CNV), el regulador del mercado de valores.
- La Inspección General de Justicia (el organismo encargado del registro y supervisión de las sociedades) aprobó la constitución de sociedades con capital denominado en criptomonedas.
- Se incluyó a las criptomonedas dentro del régimen de regularización de activos no declarados que impulsó el presidente Milei.
En este proceso, la CNV jugó un rol muy positivo, mostrando apertura hacia la industria, atendiendo sus comentarios y necesidades. Las condiciones preliminares que estableció para que los exchanges, servicios de custodia y otras compañías del sector puedan anotarse en el registro fueron muy flexibles, lo que contribuyó a su éxito: al día de hoy, hay 127 personas jurídicas inscritas, incluyendo a los principales jugadores del rubro, tanto a nivel global como local.
Actualmente el organismo está trabajando en la normativa definitiva para el registro, la cual fue sometida a un proceso de consulta pública que contó con una participación muy activa de todo el sector.
Todos estos avances permitieron formalizar y dar visibilidad y seguridad jurídica a la industria, además de contribuir a mejorar su reputación al despejar las dudas al respecto del potencial uso de las criptomonedas como un vehículo para financiar actividades ilícitas. Sin embargo, la enorme repercusión pública del caso LIBRA amenaza con forzar al sector a desandar, al menos parcialmente, el camino recorrido.
¿Qué hacer ahora?
La industria se enfrenta actualmente al desafío de volver a posicionarse ante el público como un actor serio, responsable y capaz de realizar una contribución positiva al desarrollo económico de la Argentina. No solo se ha visto lesionada su imagen frente al público general (particularmente aquellos que tenían menor exposición previa al sector) sino que existe el riesgo de que se interrumpan los avances regulatorios positivos que venían teniendo lugar y que, a partir del renovado interés del Congreso en el tema, se disparen debates legislativos que puedan perjudicar al sector.
Pero no hay que desanimarse. Esta crisis podría ser una oportunidad: la centralidad sin precedentes de la industria en la agenda pública argentina abre las puertas para demostrar todo el potencial del sector frente a nuevos públicos y tomadores de decisiones. Por otro lado, en los últimos días el gobierno ha dado señales positivas de que no planea interrumpir su agenda cripto-friendly, sino todo lo contrario. Sin ir más lejos, el presidente Milei tuvo un intercambio público vía X el jueves con Vitalik Buterin, fundador de Ethereum, en el cual acordaron la realización de una edición de Devconnect, uno de los principales eventos para desarrolladores de esa blockchain, en Buenos Aires.
Este tipo de iniciativa marca al menos un camino. Así que si queremos superar este obstáculo y dejar atrás el mal trago que representó LIBRA, es necesario llevar adelante un trabajo mancomunado de todos los actores involucrados (incluido el gobierno) que permita visibilizar los esfuerzos y ventajas comparativas del sector en materia de transparencia, utilidad y seguridad. Así podremos seguir con el crecimiento y no dejar pasar la enorme oportunidad de desarrollo que ofrece cripto para la Argentina y la región.