En realidad, la solución mágica para bajar las tasas hipotecarias no existe. Pero gran parte de la solución radica en una medida simple en teoría, pero muy difícil en la práctica: ahorrar más tanto en empresas, gobierno, y personas.
En el año 2023, la tasa de ahorro de la economía chilena llegó al 19,4% del PIB, 2,5 puntos porcentuales más que en 2022. Bien, estamos mejorando. Pero este resultado se explica por el aumento del ahorro de los hogares y las empresas, que están empujando el ahorro pese a tener históricamente menores incentivos.
El punto es que el ahorro interno es fundamental para financiar el crecimiento económico de un país e influye en las tasas de interés. A mayor ahorro interno, mayor demanda de instrumentos de renta fija local, mayor disponibilidad de dinero dispuesto a prestar en la economía, lo que ayuda a presionar a la baja las tasas de largo plazo, incluyendo las tasas hipotecarias. Un círculo virtuoso.
Pero promover el ahorro no es fácil ni popular. Requiere políticas públicas consistentes, educación financiera y una cultura que valore la inversión local. Implica, además, fortalecer el sistema de pensiones, fomentar el ahorro voluntario e incentivar el acceso a productos de inversión y ahorro.
En suma, no hay soluciones mágicas, pero lo importante es el compromiso de construir un país con una visión de largo plazo que priorice el ahorro y la inversión, y evitar que este sea un tema poco prioritario.
*Columna aparecida originalmente en el diario La Segunda.