Como habrás escuchado, la carrera presidencial está sumamente apretada. Aunque los votos ya se están emitiendo (en Estados Unidos se permite votar por correo días antes), los sitios de análisis predicen un empate virtual, y el resultado final dependerá de algunos pocos “estados bisagra”. (Si quieres más detalles sobre cómo funcionan las elecciones, con un mapa interactivo que te dejará todo clarísimo, haz clic aquí).
Ante tanta incertidumbre, ¿qué impacto podría tener la elección de cada candidato en la economía y los mercados, tanto en Estados Unidos como a nivel global?
¿Existe una tendencia política que favorezca consistentemente al mercado?
La respuesta simple es no.
Al analizar los datos históricos de retornos del S&P 500 desde los años 80 hasta hoy, y comparar los periodos de presidentes demócratas frente a republicanos, se observa una leve inclinación a favor de los demócratas. Sin embargo, esta diferencia no es significativa, dada la volatilidad inherente de los mercados, especialmente considerando el fuerte impacto de la crisis subprime al final del mandato del presidente Bush (hijo).
Además, al revisar las volatilidades medias en cada período, se observa una gran similitud, con dos picos de volatilidad en administraciones republicanas (la crisis subprime y la pandemia).
Independientemente del color político, lo que suele suceder es que la volatilidad del mercado disminuye una vez pasada la elección. Esto tiene sentido: :el mercado puede reaccionar exageradamente ante los discursos políticos de campaña, que suelen ser más polarizados antes de las elecciones, pero luego tienden a moderarse. Al fin y al cabo, para gobernar es necesario construir puentes con la oposición.
A nivel de economía y mercados, no es tan fácil diferenciar a Kamala y Donald
Kamala Harris y Donald Trump pueden ser dos de los candidatos más opuestos de la historia reciente de Estados Unidos, representando públicos, principios y visiones del mundo muy diferentes.
Sin embargo, respecto a la economía y los mercados, sus diferencias son más complejas de definir.
Para entender cómo las políticas de Trump y Harris podrían afectar al mercado, dividiremos la discusión en cuatro temas:
- Política fiscal
- Crecimiento, impuestos y tarifas
- Inflación
- Geopolítica y comercio
Politica fiscal
Uno de los roles principales de cualquier presidente es definir los lineamientos de la política fiscal, como el nivel y tipo de gasto público (usualmente a través del presupuesto anual), y promover políticas de recaudación de impuestos. Estas decisiones afectan el balance fiscal (ingresos menos gastos), que luego influye en la estabilidad del país a largo plazo, de manera similar a una persona que gasta más de lo que tiene.
En esta elección, el panorama fiscal de ambos candidatos no es muy alentador, porque los dos apuntan a mayores déficits. Esto marca una continuidad con una larga trayectoria de endeudamiento de la economía norteamericana.
El plan de Kamala Harris proyecta un aumento en el déficit fiscal de aproximadamente 4 billones de dólares, basado en un mayor gasto (7.6 billones). Su enfoque es mantener beneficios tributarios de la pandemia para familias de ingresos medios y bajos, además de ampliar el apoyo estatal en programas de vivienda, educación y salud. Esto se financiaría con un aumento en la recaudación de impuestos (4.2 billones) dirigido a empresas y personas de alto patrimonio.
Por otro lado, Trump propone un déficit aún mayor, de 7.75 billones, impulsado por una extensión de los beneficios fiscales de su primer mandato, reducciones de impuestos a empresas, especialmente en manufacturas locales, y un mayor gasto en seguridad fronteriza y modernización militar. Su aumento de recaudación (2.7 billones) vendría principalmente de tarifas a las importaciones.
Esta tendencia de mayor gasto fiscal en ambos casos podría llevar a un mayor endeudamiento de Estados Unidos y a una menor percepción de seguridad en su deuda y moneda. Esto ya se está viendo reflejado en el aumento de las tasas de interés a largo plazo, donde suelen percibirse mejor los efectos de la política fiscal.
Crecimiento, impuestos y tarifas
Otro aspecto importante es cómo las iniciativas de los candidatos pueden estimular el crecimiento y controlar la inflación, dos variables macroeconómicas clave para cualquier economía.
En este caso, ninguno de los candidatos se presenta como un claro “campeón del crecimiento”. Aunque siguen caminos opuestos, ninguno muestra un plan detallado de crecimiento e inversión, sino más bien un enfoque indirecto.
Harris se centra en apoyar a las clases medias, bajas y a las minorías, mediante créditos blandos para emprendedores de color y créditos fiscales para pequeñas empresas y familias. Sin embargo, sus medidas fiscales, como el aumento de impuestos corporativos y el incremento del salario mínimo (que podría aumentar la inflación si no aumenta la productividad), podrían desincentivar la inversión.
El plan de Harris también incluye subsidios para sectores específicos como energías limpias, microchips y vehículos eléctricos, generando focos de crecimiento en estas áreas.
En cambio, Trump apuesta por reducir impuestos a empresas y personas mediante la extensión indefinida del Tax Cut and Jobs Act, un paquete de estímulos de su primer mandato. Además, propone una reducción de impuestos corporativos al 15% y continuar el proceso de desregulación que inició en su administración anterior.
Sin embargo, su propuesta de una tarifa general del 10% a las importaciones tiene efectos mixtos: mientras busca proteger la industria local, el aumento en el costo de bienes importados podría afectar negativamente a muchas empresas.
Desde esta perspectiva, las reducciones de tasas de Trump pueden tener un impacto más inmediato en el mercado, ya que es fácil estimar su efecto en utilidades y dividendos. Por otro lado, las medidas de Harris enfocadas en lo social podrían estimular el consumo y el dinamismo económico, pero este efecto es menos seguro y podría tomar tiempo en materializarse.
Inflación
Aunque la inflación no es algo que un presidente pueda controlar directamente, ambos candidatos proponen políticas que podrían impactarla.
Harris ha sugerido regular el “aumento especulativo de precios” en bienes de consumo básico y medicamentos, una medida polémica porque definir cuándo un alza es especulativa o abusiva es complejo, lo que podría desincentivar la producción y generar distorsiones en el mercado.
Por otro lado, el riesgo inflacionario en la propuesta de Trump proviene de su política arancelaria del 10% sobre importaciones (y un 60% a las provenientes de China). Aunque él afirma que serán los productores extranjeros quienes absorban esta tarifa, estudios económicos muestran que la inflación resultante dependerá de la “elasticidad” entre productores y consumidores; para ciertos bienes indispensables, es probable que los consumidores estadounidenses terminen pagando más.
Geopolítica y comercio
Finalmente, queda el tema más volátil y difuso: la relación de Estados Unidos con sus vecinos y competidores.
Estados Unidos ha adoptado una postura más insular y proteccionista en su política exterior reciente, especialmente frente a China.
Ambos candidatos coinciden en mantener una postura “dura contra China”, promoviendo una regulación estricta contra prácticas como el robo de propiedad intelectual.
Harris favorece un enfoque multilateral, uniendo fuerzas con aliados históricos como Europa y Japón, para contrarrestar las prácticas de China.
Por su parte, la política exterior de Trump es más impredecible y personalista: según su historial, los posibles conflictos pueden depender más de sus interacciones en redes sociales que de la diplomacia tradicional. Esto introduce un riesgo de reacciones abruptas y difíciles de prever en los mercados extranjeros, potencialmente desatando una guerra tarifaria (partiendo por su propuesta de tarifas generales y específicas contra importaciones chinas), o un escalamiento en la retórica militar, generando volatilidad y mayores riesgos en las cadenas productivas tan dependientes de la globalización.
Conclusiones
Al revisar el impacto potencial de cada candidato en la economía y los mercados, no hay un claro “ganador”. Cada uno ofrece ventajas y desafíos únicos, y la combinación de poderes entre la presidencia, la Cámara de Representantes y el Senado será clave.
Nuestra recomendación es mantener una buena diversificación: aunque Estados Unidos ocupa naturalmente una gran proporción del mercado financiero global, es beneficioso incluir exposición a otras economías y mercados.
Adicionalmente, la historia muestra que pese a la importancia de estos eventos, los mercados han sido capaces de presentar buenas rentabilidades en el largo plazo independientemente del color político. Por eso mantener la disciplina y seguir invertido acorde al plazo y riesgo deseado sigue siendo la mejor recomendación.