Ron Miller estaba sentado en su estudio pensando dónde se iba a pedir su próxima cheesburger cuando sonó el teléfono. Era Raffaella De Laurentiis, productora de cine italiana que había participado, por ejemplo, en Conan el Bárbaro y prima de Aurelio De Laurentiis, otro famoso productor y dueño del SCC Napoli.
"Estamos haciendo una película de Dune. Creemos que tus pinturas de Marte en el libro, The Grand Tour, se parecen mucho a Arrakis. ¿Te gustaría venir y hablar sobre trabajar para nosotros?"
Ron Miller no lo pensó dos veces y se fue a instalar al set de Dune en Universal. No había mucha gente trabajando en ese entonces, Raffaella, el mítico Anthony Masters (productor y decorador de 2001: odisea del espacio) y, obviamente, David Lynch.
Sí, porque esta historia es de Dune de 1984, no de la última versión de Villeneuve y Timothee Chalamet.
Miller, un ilustrador y dibujante que dedicó buena parte de su carrera a ayudar a la divulgación científica y espacial, llamó a su mujer para que lo fuera a visitar. Aburrida, un día se puso a hacer modelos de papel de un Ornitóptero de Atreides. Raffaella lo vio y le ofreció la pega sin pensarlo dos veces. El trabajo de Miller consistía en crear imágenes a gran escala de cómo se vería la película, basándose en la novela, el guión de Lynch y el storyboard de Masters.
Además, estos dibujos y pinturas servían para conseguir financiamiento. Y cuenta Miller que con Lynch se pasaban montando shows para los inversionistas.
Un año después de comenzar con su nuevo trabajo, se mudaron todos a los Estudios Churubusco, en México, donde habrían de completar la filmación.
La mujer de Ron, Judith, no solo fue clave diseñando modelos. Estaba sentada en el set mientras hacían las audiciones, cuando Raffaella le preguntó directamente: "¿qué opinas de él?" Sería un gran Paul Atreides, contestó Judith. Consiguió el papel. Y así comenzó la mítica relación entre David Lynch y uno de sus actores preferidos: Kyle MacLachan, que luego aparecería en Twin Peaks y Blue Velvet, por ejemplo.
Así que como podrás ver, Miller fue una excusa para hacerle un pequeño homenaje a David Lynch, un maestro en hacer películas que no necesariamente cierran, porque no todo tiene que tener una explicación.
Aunque dejemos una última anécdota de Miller para cerrar: tiene el récord de Guinnes a la estampilla de correos norteamericana que más millas ha viajado en la historia: algo así como tres billones de millas. ¿Cómo lo hizo? las estampillas que creó Miller eran una conmemoración de la exploración espacial norteamericana, y a algún genio se le ocurrió pegar una en la nave New Horizons antes del despegue. Así que ahí anduvo su estampilla de Plutón, viajando por el espacio.
Ron Miller todavía recuerda con cariño sus días en el set de Dune, y todavía más a su amigo David Lynch, igual que nosotros.