¿Qué es lo que pasa cuando le dan un presupuesto hollywoodense a un director de culto? En el mejor de los casos, algo muy parecido a The Northman: ocupar todos los recursos posibles para engrandecer y explotar una visión única.
El realizador Robert Eggers ya contaba con una fanaticada importante y tenía a los críticos de su lado después de crear dos de las películas más interesantes del último tiempo: La Bruja y El Faro.
En ambas el terror psicológico se mezclaba con el suspenso para retratar situaciones perturbadoras en localidades muy aisladas antes de 1900. Eggers es un historiador detallista y las atmósferas y lenguajes de esas películas se sentían únicos y específicos, como algo que nunca habíamos visto antes. Lo mismo pasa con su tercer largometraje.
Una historia de venganza tan antigua como el tiempo
Ambientado en algo así como el año 900, en las más austeras y nórdicas tierras del mundo, llegamos a una aldea donde vive el joven Amleth, heredero del trono. Tras el asesinato de su padre y el rapto de su madre a manos de su tío, Amleth debe escapar, jurando volver para vengar esta tragedia y matar al hombre que causó esta catástrofe y se tomó su trono.
Corte a: han pasado unos años y Amleth es ahora el Alexander Skarsgard más grande y bestial que hemos visto. Ha sido reclutado y entrenado por vikingos para convertirse en un berserker, un tipo de guerrero fuerte como un oso que pelea sin armadura en un trance psicótico.
Amleth parece más animal que humano y avanza destruyendo aldeas hasta que encuentra la posibilidad de encaminarse hacia donde está su tío para así finalmente cobrar su venganza. Lo entiende como su destino y esa es razón suficiente.
Es una historia antigua como el tiempo. Si les suena al Rey León, recuerden que esta estuvo adaptada de Hamlet, la cual el mismo Shakespeare supuestamente basó en una leyenda escandinava del siglo X.
En The Northman esto significa dos cosas: primero, que no habrá muchas sorpresas en la narración (a diferencia de las licencias formales que eran parte del atractivo de sus obras anteriores) y segundo, que quizás no necesita tenerlas porque es una historia que ha logrado perdurar en el tiempo, ya que funciona.
The Northman: ¿más que una película de acción?
Lo que presenta The Northman es un nivel de brutalidad y violencia al que no estamos acostumbrados. Es una experiencia visceral y sangrienta que es impresionante de ver de manera morbosa, pero no se siente tan gratuita como las innumerables películas de acción que Hollywood escupe año a año debido a la visión de un director que va un paso más allá.
Hay una crudeza interesante en la novedad de las imágenes que presenta Eggers, que mezcla pasajes fantásticos y oníricos de la mitología nórdica con la suciedad y hostilidad de los elementos terrenales. Björk haciendo de oráculo y valkirias ascendiendo al cielo nos recuerdan que la tradición oral tiene mucho espacio para lo que hoy consideramos sobrenatural. ¿Qué de toda esta historia realmente ocurrió?
Nota de riesgo:
Vean The Northman si les interesa aquel híbrido extraño, algo que podría llamarse un blockbuster de autor o el cine arte más palomitero que existe. Esta mezcla de extremos lo deja en el medio de la escala, una película moderada, aunque poco de moderada tenga.