“Murió Chandler” fueron las palabras que pasaron de boca en boca la noche del sábado pasado. No había nada más que decir, sabíamos a quién se referían. Y la gente acertó al asumir que nos importaría. Porque pareciera que todos tenemos una historia personal con Friends. Y la muerte de Matthew Perry, de solo 54 años, fue una sorpresa que nos recordó que los amigos son para siempre.
No a todo el mundo le gusta Friends. La serie fue un fenómeno cultural inescapable que por diez años dominó la cultura pop y se convirtió en uno de los productos más vistos en la historia. Pero, vista a través del prisma actual, pareciera servirnos más para entender cómo los tiempos han cambiado. Buscando representar a la generación X, abarcando a la millennial y siendo descubierta por la Z recientemente, llegó a millones de personas que pueden o amarla o criticar su tono sentimentaloide, humor algo misógino y poca diversidad en el elenco. Aún así, la serie sigue entre nosotros.
Para mucha gente que creció con la sitcom, las aventuras cotidianas de un grupo de amigos en Nueva York representan un lugar seguro. Lo que Friends logró fue cambiar la forma en que millones de personas concebían el concepto de familia. Y por lo mismo, te hacían sentir incluido en su grupo de amigos. Por eso la muerte del primero de la pandilla se siente de alguna forma personal. Siempre es raro cuando se muere un famoso que nos gusta, pero en este caso fue alguien que vimos por más de 230 capítulos crecer, enamorarse y madurar.
De qué murió Matthew Perry y los tributos póstumos
Matthew Perry murió de “aparente suicidio” en una bañera en su casa y, aún a la espera de una autopsia más conclusiva, la gente comenzó su luto rápidamente. Flores llevadas a una fachada neoyorkina que ahora hace de memorial del actor, mensajes de Instagram de fans y conocidos y comunicados oficiales aumentaban hora a hora buscando homenajear al actor.
Los creadores de Friends lanzaron un enunciado conjunto lamentando su pérdida. Maggie Wheeler, la actriz que interpretaba a Janice, su primera pareja en la serie, aseguraba que la dicha que trajo Perry al mundo seguiría viva. Incluso el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, que había sido compañero de colegio del actor, se unió a las palabras.
Pero las palabras que estábamos esperando eran las del elenco principal. Courteney Cox, Jennifer Aniston, Lisa Kudrow, David Schwimmer y Matt LeBlanc, después de un par de días de silencio, dieron un comunicado:
“Estamos todos absolutamente devastados por la pérdida de Matthew. Éramos más que simples compañeros de reparto. Somos una familia. Hay mucho que decir, pero ahora vamos a tomarnos un momento para llorar y procesar esta pérdida insondable”
Agregaron que con el tiempo dirán más, pero por ahora sus pensamientos están con la familia de Perry, sus amigos y todos los que lo amaron en todo el mundo.
¿Por qué nos afectan las muertes de los famosos?
Eso es la gente que lo conoce, pero ¿y el resto? Los medios nos llevan a identificarnos y sentir conexión con personas que no conocemos. La gente crea relaciones unidireccionales con diferentes íconos, por lo que no es de extrañar lo que está sucediendo de manera tan intensa con alguien que durante diez años buscó conectar con el mundo mostrando rasgos con los cuales hacernos sentir identificados.
El impacto que tiene alguien en la vida de otra persona trasciende el vínculo personal. Y el luto tiene tantas formas de manifestarse que puede perfectamente impactarnos respecto a alguien de cuya vida sabemos, que hemos visto crecer y que nos ha hecho reír.
Psicólogos explican que la muerte de una celebridad no se procesa de una manera necesariamente distinta a la pérdida de alguien que hayamos conocido. Indican que procesar una muerte de una celebridad puede conllevar los mismos rituales, que los homenajes en redes sociales son sanos y también el sentido de comunidad que se forma en torno a ellos. Eso sí, advierten que, como los medios pueden cubrir desmedidamente este suceso, la gente debe tener mesura con su nivel de exposición para no estar pensando constantemente en la muerte.
Lo curioso es que, al ver a los famosos que se han ido inmortalizados en televisión o películas, su partida puede ser más difícil de procesar. No solo porque no los conocimos en persona, sino porque parte de nuestro cerebro los sigue viendo de la única forma en que los conoció. Chandler estará ahí en el sillón del Central Perk apenas pongamos un nuevo capítulo de Friends.
Más allá de Chandler
El elefante en la habitación respecto a esta muerte en particular es el de los problemas de adicciones de Matthew Perry. De la pandilla de Friends, era el único que tuvo problemas públicamente con el alcohol, las pastillas y las drogas.
Con un peso que fluctuaba entre los 100 y los 65 kilos, la serie registró los altibajos de la salud del actor canadiense, a veces incluso entre una temporada y otra. Por eso, el que falleciera repentinamente con tan solo 54 años a muchos les recordó su lucha contra las adicciones.
Pero lo que sabemos es que Perry había estado mejor el último tiempo. Después de apariciones esporádicas en series y películas, encontró éxito el 2022 escribiendo las memorias Friends, Lovers, and the Big Terrible Thing. En ella retrata no solo sus vivencias personales en la serie hit, sino que también comparte más de un demonio.
Expone cómo alejaba relaciones saludables para él por no sentirse suficiente (lo que lo llevó a terminar con Julia Roberts) y cuenta que no puede siquiera verse en Friends por la pena que le da ver a su versión tan joven que sufría tanto. Pero también documenta su misión en querer enfrentar las adicciones y los problemas de salud mental con todas sus complejidades.
En sus propias palabras, el Matthew Perry había hablado sobre cómo quería ser recordado:
Lo mejor sobre mí, sin duda, es que si alguien se me acerca y dice “no puedo dejar de beber, ¿puedes ayudarme?” le voy a decir que sí, aunque no siempre pueda hacerlo yo mismo, y voy a ser consecuente. Cuando muera, sé que la gente va a hablar de Friends, Friends, Friends, y estoy feliz por eso. Pero, en cuanto a mis logros, espero que no sea lo primero que se mencione. Espero que esté abajo en la lista de cosas que hice para ayudar a la gente. Y voy a pasar el resto de mi vida demostrándolo.