Corría 1994. El programador estadounidense Ward Cunningham desarrollaba «la base de datos en línea más simple que podría funcionar». El concepto era de una audacia inaudita: en lugar de la habitual fortaleza digital inexpugnable, su web permitiría la libre edición por parte de cualquier husmeador de esos recovecos ciberespaciales, sin pedir permiso ni decir agua va. Cunningham pretendía con ello facilitar el intercambio de ideas entre colegas programadores sin el molesto desfase que exige una aprobación externa.
Al momento de escoger nombre para su e-criatura, recordó el transfer gratuito que cierto operador de un mesón del aeropuerto de Honolulu le recomendó para viajar hasta la ciudad: Wiki Wiki Shuttle, “Rápido rápido transfer”, en idioma hawaiano. WikiWikiWeb, llamó a su opus. Aún se puede admirar esta genialidad, así como su horripilancia noventera.
A fines de la década, mientras la WikiWikiWeb prosperaba en el espacio virtual, un par de universitarios ascendían el Mesón Alto en el espacio real. Marcelo Camus e Ismael Mena partieron al Cajón del Maipo aperados de la muy pobre documentación de la época, erraron de ruta y acabaron en una palestra no apta para gente que aprecia la supervivencia. Marcelo se fue guarda abajo, cayó 10 o quizás 15 metros, y solo evitó el abismo y una muerte segura por los reflejos gatunos de Ismael. Rajadas las yemas de los diez dedos y con las rodillas cortadas comenzó el rescate.
De regreso en Santiago resolvieron crear una web capaz de suplir ese déficit de información y evitar nuevas tragedias. Sumaron a Paulo Cox y lo llamaron Andeshandbook, el manual de Los Andes.
Mientras Mena canalizaba sus superpoderes de programación al proyecto, un emprendedor de Alabama llamado Jimmy Wales recaudaba buenas lucas con bomis.com, una web que satisfacía el inextinguible deseo masculino de admirar piluchas. Con la plata provista por los influjos de Eros lanzó Nupedia, un proyecto de enciclopedia gratuita en línea cuyos artículos eran escritos por expertos y revisados bajo un proceso formal de siete pasos. Sólido, pero insoportablemente lento. Tras un año de sudores acumulaban apenas 21 artículos.
En vista de que a esa velocidad no alcanzarían una cobertura interesante antes de la siguiente glaciación, miraron para el lado y replicaron el concepto de Cunningham como un simple medio de alimentar Nupedia y acelerar su crecimiento. Lo llamaron, desde luego, Wikipedia, y lo lanzaron el 15 de enero de 2001. En un año eran ya 18.000 los artículos y quedó zanjado que la magia estaba en ese “proyecto lateral”. Para entonces Andeshandbook acumulaba unas cuantas decenas de rutas de montaña, varias de ellas aportadas por quien escribe (sabrá el lector perdonar la autorreferencia, el equipo Fintualist me invitó a contar esta historia).
A inicios de 2006, con el catastro de cumbres ya bastante consolidado, propuse a los fundadores de Andeshandbook ampliar el radio de acción a rutas de trekking. Enfrentar el frío y la puna cargado como mula es oficio de pocos, razoné, pero una caminata a la Laguna del Morado es algo que casi cualquier persona con estado físico mejor que Jabba The Hutt sabe apreciar. Aunque coincidían en la necesidad de apuntar para allá, resolvieron que no era el momento, que no estaban aún las capacidades para el desarrollo web que tal ampliación de giro requería. Yo, por el contrario, sostenía que el formato de montaña bastaba tal cual para comenzar.
No hubo acuerdo.
Se me vinieron a la cabeza entonces dos pequeñas wikis de nicho en las que había desperdigado horas: una sobre la Región de los Ríos y la otra, la que me introdujo en el maravilloso mundo de los [[]] y los {{}}, una pelada de cable universitaria con el indefecable nombre de Wikiwea. El eslogan no era más casto: “Porque todos tenemos derecho a decir weas”. Sucede que Wales y compañía no solo le regalaron al mundo la formidable Wikipedia, sino además el software a lo largo y ancho del ciberespacio para que quienquiera lo instale en forma gratuita y haga con él lo que le dé la regalada gana. Compilados de disfraces de gatos, más de lo que un ser humano puede absorber en su vida sobre Star Wars o lo que se le imagine.
Así que invité a Juan Pablo Ortega, un compañero de montaña que hacía rato andaba con ganas de publicar un libro de fotografía de Los Andes, y nos lanzamos cubrir aquellos valles que Andeshandbook dejaba vacante por su misión en las altas cumbres. Instalamos la wiki y la llamamos Wikiexplora.com.
En vista de mi amistad con el equipo Andeshandbook mi plan inicial era no competir. Ellos allá arriba, nosotros acá abajo. Sin embargo, pronto quedó en evidencia que la distinción entre montaña y senderismo es a menudo difusa. ¿Es el Cerro Provincia a la vez una cumbre y un trek? Salvo una definición muy inoficiosa de trek, por supuesto que sí. A medida que los días avanzaban advertía que mi compañero Juan Pablo cubría más y más el área de traslape sin escrúpulo alguno. Para él, sin vínculo alguno con el team Andeshandbook, no había ninguna distinción relevante que mereciera ser observada.
Lo cierto es que hay espacio para ambos. Andeshandbook es la Britannica de Los Andes, en donde cada párrafo está editado y pulido. Wikiexplora es la Wikipedia, donde la aparición de cada portón que corta el camino o la variación de cada permiso de acceso puede ser actualizado por cada miembro de la comunidad de montaña sin siquiera pedir permiso. En una cordillera tan larga y tan rica, la única manera de ofrecer rutas de verdad actualizadas es con un modelo colaborativo. Nuestras 1398 rutas publicadas demandarían contratar un ejército de chasquis a tiempo completo si se pretendiera mantenerlas actualizadas en forma centralizada.
A trece años de su fundación, Wikiexplora recién comienza. Son tantas las cumbres, cascadas, lagunas, bosques, termas, fiordos y glaciares sudamericanos que esto es solo la etapa de incubación. Con la colaboración de caminantes, escaladores y montañistas de buena voluntad llegará el día en que todo lo bello será seguro, a diferencia del Mesón Alto a fines de siglo. ¿Pérdida de la posibilidad de aventuras? En parte sí, lo reconozco, pero a cambio de ello un mundo en que podemos identificar todo lo que está ahí afuera esperando por nosotros.