Muchos dirían que es el artista más importante de la historia de Suecia. Y bueno, tiene sentido que tu pintor nacional más relevante se haya dedicado a mostrar escenas familiares idílicas en pleno verano, cuando en Suecia todos sabemos que lo que predomina son los días helados.
O tal vez fue una manera de escapar a su propia infancia: Larsson nació en un barrio pobre de Estocolmo en 1853 y las vio bastante difíciles. En su adolescencia logró que lo aceptaran en la academia de artes de sueca, y mientras aprendía el oficio trabajó como caricaturista para el periódico humorístico Kasper y como artista gráfico para el Ny Illustrerad Tidning.
Si sus temáticas las podemos rastrear en su infancia, entonces su estilo lo podríamos encontrar en su adolescencia: hay un cierto aire a caricatura y otro poco de humor en sus pinturas e ilustraciones. Y ya que estamos, no podemos dejar de mencionar sus años trabajando como decorador de interiores, que se puede apreciar en obras como esta:
Larsson alcanzó la fama y dejó atrás la penurias de su infancia y adolescencia. Aunque un último problema aquejó su vida: su pintura más querida, Midwinter, no fue aceptada por el museo nacional sueco, por ser demasiado controversial. Por suerte, después de su muerte la polémica revivió y hoy en día está justo donde Larsson hubiese querido.