El bono demográfico, o dividendo demográfico, es el crecimiento económico que resulta de cambios en la estructura etaria de un país.
Conforme las sociedades se desarrollan y pasan de ser agrarias a industriales, la tasa de fertilidad se reduce, y la expectativa de vida aumenta: nacen menos niños y morimos más viejos. Esta transición implica que por un tiempo la población en edad de trabajar crece más rápidamente que la población que depende de ella (niños y adultos mayores), lo que permite una mejora en los estándares de vida.
Este “regalo económico”, o bono demográfico, usualmente se mide a través del cambio en la proporción en edad de trabajar (por convención, personas entre 15 y 64 años) en el total de la población. En otras palabras: ¿cuántas personas entre 15 y 64 años tendrá un país en relación al total de habitantes?
Si uno piensa en las famosas pirámides de población, el bono demográfico se da cuando la pirámide pasa de esta forma:
A esta:
Pero ojo: a medida que la población sigue envejeciendo, el porcentaje de personas dependientes aumenta y el bono demográfico desaparece. Las pirámides de población toman formas como estas:
A una gran parte de los países europeos y Japón se les acabó el bono demográfico hace cerca de tres décadas. Más recientemente, hace un poco más de una década, lo mismo pasó con Rusia, China y Estados Unidos.
Varios de los países más poblados, como India, Indonesia, Pakistán, Bangladesh y Brasil aún se benefician del bono demográfico. Lo mismo con México y Chile. Sin embargo, este bono demográfico no va a durar muchos años más en ciertos países como Chile y Brasil.
¿Por qué nos importa qué pasa con el bono demográfico?
El crecimiento de un país se origina ya sea por un aumento de trabajadores, o por un crecimiento en la productividad (a través de inversión en capital físico, humano, o mejoras tecnológicas).
A medida que la población de los países envejece, el crecimiento dependerá en mayor medida de mejoras en productividad. Por eso es importante que los países adopten los grandes avances tecnológicos recientes, como el internet de las cosas y la inteligencia artificial, o bien que inviertan mucho en educación y capacitación. ¿Cuál crees que será el camino que Chile y México tomarán para mantener y mejorar la productividad cuando el bono demográfico se acabe?