Lo vi revolviendo un café mientras yo hacía la fila para pagar. Pensé que si fuera Lady Gaga me daría lo mismo, pero Paul Graham es una celebridad que me genera mucha más emoción ver. Qué vergüenza, siento que idolatrar personas es como tonto, pero no puedo negar que se me aceleró el corazón.
Paul Graham creó la aceleradora Y Combinator el 2005 junto a su señora y dos socios más. Después de haber vendido su propia empresa de tecnología, Viaweb, Paul y Jessica empezaron Y Combinator simplemente invitando a un puñado de ingenieros recién graduados de Stanford a comer a su casa. Con una clara predilección por ingenieros de software, armaron este programa en que, a cambio de una participación en la empresa, te entregaban los dólares suficientes para financiar un verano haciendo código. Del primer grupo apareció ni más ni menos que Reddit.
Hoy, las startups apoyadas por Y Combinator tienen una valuación combinada de más de USD 575 billions. Son 160 las que están valorizadas en más de 150 millones de dólares (entre las que está Fintual) y 10 compañías abiertas en bolsa, entre las que están Airbnb y Coinbase.
Y ahí estaba Paul en el Café Borrone de Menlo Park revolviendo su taza. Tenía que hablarle. ¿Qué le podía decir? ¿Cómo podía lograr que no fuera un intercambio inútil tipo “hi Paul!” — “hello buddy!”?
No atiné a nada. Avanzaba mi fila para pagar. Yo seguía mirando y pensando qué hacer. “Sir?” - “Sir?” Los cajeros gringos pierden la paciencia muy rápido. Pagué mi pedido y al volver a mirar Paul ya no estaba.
Me castigué internamente. Cómo tan idiota, qué importaba la fila para pagar. Tuviste una oportunidad irrepetible Agustín. Debiste simplemente salirte de la fila, acercarte y listo, decirle que estás en su aceleradora, que te encanta lo que hace, contarle en lo que estamos y ver si se animaba a ayudarnos un poquito quizás. Pero no. Mejor quedarse y no perder el puesto para pedir el sandwich de pavo y queso gouda, verdad?.
Me fui a esperar el pedido. Me entregaron mi “Gouda” y al girar vi que Paul estaba sentado en una mesa. Genial, otra oportunidad. Otra vez el estrés. Otra vez me congelé. Graham tenía una torre de cinco libros en la mesa y estaba leyendo uno. Cómo lo iba a interrumpir ahora! Me acordé de mi papá leyendo el diario y yo que lo molestaba cada cinco minutos. Cada vez que yo le hablaba, mi papá ponía pacientemente el dedo en el lugar donde iba su lectura, me dirigía la mirada y escuchaba a cada tontera que le decía yo, me imagino que intentando contestar bien para optimizar la interrupción al mínimo tiempo posible. Mi máximo terror era que Paul hiciera justo eso.
Me fui a sentar con mis socios a comer el Gouda.
No podía pensar en nada más. “Quedan segundos Agustín, haz algo ahora”. Mis socios parecían más relajados y empezaban una conversa y yo “No podemos perdernos esto wn!” — “Cierto pos. Bueno, dale, te sigo” dijo Pedro. Me paré y caminamos hacia la mesa donde estaba Paul. Cuando vamos como a 5 metros, cierra el libro y lo pone en la mesa, timing perfecto. “Hey Paul, we’re on the 2018 summer batch of YC” — “Sure guys, take a seat!” Superó todas mis expectativas. Nos preguntó por nuestro negocio. Se entusiasmó con nuestro crecimiento. Nos aleonó y ayudó a entender cómo hablar con los inversionistas de Silicon Valley. Al final de la conversación dijo que le escribiéramos un email porque nos haría una intro con Sequoia. Dicho y hecho.
“Paul told me about you guys” dijo Bryan Schreier de Sequoia cuando nos reunimos en sus oficinas. Hoy, dos años más tarde, estamos tremendamente felices y orgullosos de que ni más ni menos que Sequoia Capital escriba sobre nosotros y sea el inversionista que lideró nuestra Serie B.
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