“Imagina entrar a su habitación ahora mismo y ver su cama vacía, ¿qué harías?”
La película Sound of Freedom busca exponer uno de los temas más delicados de la actualidad, el tráfico de niños.
En su producción y actuación participan personajes reconocidos como Jim Caviezel, Bill Camp, José Zúñiga, Mira Sorvino, Eduardo Verástegui... Aunque fue filmada durante el 2018 y estuvo lista el 2019, recién se estrena este año. ¿Qué pasó? ¿Por qué pasaron tantos años antes de estrenarse?
Los problemas con 20th Century Fox y Disney
Lo primero que se me vino a la cabeza fue la pandemia, pero no fue solo eso. Esta película la tenía que distribuir 20th Century Fox, pero finalmente no lo hizo porque Disney compró el estudio a finales de abril de 2019 y decidieron olvidar la película: les preocupaba lo explícito del tema de tráfico de niños, algo que sin duda no iría con la identidad de marca de Disney. Los creadores tuvieron que volver a comprar los derechos de su propia película para encontrar otro estudio de producción que quisiera distribuirla.
Después de muchos intentos con grandes productoras y de ser rechazados una y otra vez, llegó un pequeño estudio de Utah llamado Angel Studios a dar el sí y acelerar el proceso. Pero tenían una sola y curiosa condición: estrenarla el 4 de julio, día de la Independencia de los Estados Unidos.
Terminó ganándole en taquilla a la popular franquicia del arqueólogo más querido del cine. Y eso que tuvo un costo de producción de 14 millones de dólares, versus los casi 300 millones de Indiana Jones.
Sound of Freedom ha sido la única que no tuvo estreno mundial, se espera que llegue a los cines de Latinoamérica el 31 de agosto. En este gráfico se muestra la inversión, la recaudación y el retorno sobre la inversión.
¿Por qué se asocia Sound of Freedom al caso QAnon?
A pesar del éxito que ha tenido en los cines, la película ha causado controversia porque ha sido relacionada con la teoría conspirativa “QAnon”: la polémica creencia afirma que existe una red de pedofilia orquestada por una élite demócrata que venera a Satán y que mueve los hilos en los medios, el gobierno y las empresas. Y según los seguidores de esta teoría, Donald Trump estaría luchando secretamente contra esta red.
El punto es que Donald Trump hizo una proyección de “Sound of Freedom” en su club de golf y públicamente ha incentivado a personas a verla. Y según la crítica, a los seguidores de la teoría de QAnon les encantó, como si a través de la película pudieran ser los escuderos del expresidente y detener a esta élite que incentiva la pedofilia. “Esta es la película que los demócratas no quieren que veas, por eso no les gusta”, dicen los fans.
Yo que vi la película la semana pasada, la vi bien centrada en la trata de niños y en cómo transmitir ese problema a los que somos padres. Pero tampoco tengo pruebas para negar que haya mensajes ocultos sobre la tensión entre dos polos políticos, como denuncian The New York Times, el Washington Post, Variety y Rolling Stone.
Cámaras de eco
Sí estoy más de acuerdo con la escritora Elaine Godfrey de The Atlantic: “si las personas de la izquierda les repugna esta película, es por las mismas razones que a las personas de la derecha les parece obligatorio ir a verla: nuestros líderes políticos, nuestros círculos sociales, y los medios que leemos nos mandan señales dentro de una ‘cámara de eco’ sobre lo que deberíamos pensar de la película”. O sea, nos repiten, según nuestros gustos, lo que queremos escuchar, aunque no sea real.
Una "cámara de eco" es creer que las personas con las mismas preferencias y posturas que tú, son la mayoría y se multiplican (por eso la palabra eco). Al no exponerte a un punto de vista distinto, piensas que tu realidad es la gran realidad que crece. Un ejemplo de esto fue el 2016: muchas personas que yo conocía estaban incrédulas cuando Donald Trump ganó la elección. Decían que jamás habían escuchado a alguien que votaría por él, entonces pensaban que sería estadísticamente imposible. Y sucedió. Eso es una “cámara de eco”. Al final creo que para el caso de esta película, lo mejor sería tener criterio propio y no dejarse llevar ni por estos grandes medios ni por mí. Raya pa’ la suma, vayan a verla apenas puedan para formarse una opinión propia.
También, si quieren ahondar más aún en el trajín, recomiendo esta entrevista que realizó Agustín Laje Arrigoni:
El modelo Pay it forward para vender entradas
No quiero hacer spoilers y es por eso que les dejo la invitación pasada. En México y Chile estará disponible el 31 de agosto. Parte de la campaña de la película para incentivar que se detenga el tráfico de niños, es que crearon una app que empuja a hacer cadena de favores (Pay it forward): esta página te invita a comprar entradas para regalar la experiencia de la película a personas que no conoces, y así a más personas les puede llegar de cerca el mensaje de detener el tráfico infantil. Y si no tienes plata para verla, puedes llevarte de regalo una de esas entradas que otras personas compraron.
De hecho, gran parte de la recaudación de esta película es gracias al pay it forward. El 4 de julio el 20% de las ventas de entradas venían de compras hechas con este sistema.
Es muy probable que esta forma de vender entradas la imiten otras productoras por el éxito que ha traído a la recaudación.