Por lo general, la pintura más antigua suele parecernos más seria. Es entendible: los grandes maestros fueron siempre gente seria que pintaba sobre temas serios. Pero la verdad es que la pintura tiene mucho de humor, a veces escondido y otras veces, como en el pintor holandés Jan Steen, en primer plano.
Nacido en 1626, a Steen se lo suele asociar con su contemporáneo francés Moliere: ambos entendían la vida como una comedia de situaciones, o en términos contemporáneos, una Sitcom.
La primera vez que vi un cuadro de Steen pensé en Friends o Seinfeld: una familia se pone a almorzar cuando por la ventana aparece el típico vecino ecléctico con su pipa a contar el embrollo en el que se metió esa mañana cuando compraba gallinas. Mientras tanto, el dueño de casa se obsesiona con un nuevo vino que le regaló su amigo viñatero y que tiene gusto a... bueno, ahí empieza el capítulo.
Para que te hagas una idea: sus imágenes de casas en caos, médicos falsos, chicas enfermas y posadas llenas de adultos borrachos y niños que corren desenfrenados son tan conocidas, que en holandés se usa el término “una casa Jan Steen”.