Kuala Lumpur, caldo y resurrección
por Francisco Araya
Acabo de llegar con hambre y curiosidad. El calor es espeso, casi líquido, y la ciudad vibra entre bocinas, curry y aire caliente. Cuando uno aterriza aquí, no se camina: se flota entre aromas.
Acabo de llegar con hambre y curiosidad. El calor es espeso, casi líquido, y la ciudad vibra entre bocinas, curry y aire caliente. Cuando uno aterriza aquí, no se camina: se flota entre aromas.
Acabo de llegar con hambre y curiosidad. El calor es espeso, casi líquido, y la ciudad vibra entre bocinas, curry y aire caliente. Cuando uno aterriza aquí, no se camina: se flota entre aromas.
Bangkok no se camina, se sobrevive. Entre el humo de los wok y el perfume dulce del mango, el aire tiene un sabor propio: picante, espeso, eléctrico.
Bangkok no se camina, se sobrevive. Entre el humo de los wok y el perfume dulce del mango, el aire tiene un sabor propio: picante, espeso, eléctrico.