Bangkok en Fuego: crónica de un viaje que pica, quema y abraza
por Francisco Araya
Bangkok no se camina, se sobrevive. Entre el humo de los wok y el perfume dulce del mango, el aire tiene un sabor propio: picante, espeso, eléctrico.
Bangkok no se camina, se sobrevive. Entre el humo de los wok y el perfume dulce del mango, el aire tiene un sabor propio: picante, espeso, eléctrico.