¿Google versus ChatGPT?

¿Será ChatGPT el fin del monopolio de Google?

Hace unas semanas, se levantó una alerta en las oficinas de Google. La alarma sonó después de que el éxito de ChatGPT se escuchara en todo el mundo. Tanto les afectó, que decidieron llamar a los fundadores originales, Larry Page y Sergey Brin, para que volvieran a la empresa y participaran en varias reuniones. La inquietud parte de que, entre muchas otras cosas, ChatGPT es considerado cada vez más como un competidor real, y parece que Google está preocupado.

Qué es ChatGPT

Hace unos meses la empresa OpenAI lanzó ChatGPT, una inteligencia artificial en forma de un chatbot que ofrece información y respuestas en frases sencillas. También puede generar ideas desde cero, como estrategias de marketing completas o planes de vacaciones. No te vamos a aburrir con otra explicación más de cómo funciona esta IA, pero si estás interesado en conocer de qué va, te recomendamos este artículo.

A pesar de que no contesta de forma perfecta y hay múltiples ejemplos de errores, parece que algo levantó la alerta en Google. Se activó un ”código rojo”: están considerando a ChatGPT como la próxima amenaza al imperio, después de que TikTok marcará la pauta de sus temores este año que recién pasó. ¿Por qué tanto alboroto? Simple: temen que pueda ser la nueva forma dominante de buscar información en internet, el buscador al que todos recurren casi sin pensarlo.

ChatGPT contesta erróneamente “Guatemala” a pesar de qué el país más grande después de México es Nicaragua.

La vuelta de los founders Larry Page y Sergey Brin a Google

Según el New York Times, Sundar Pichai, el CEO de Google, llamó a los founders de Google para analizar qué tan real es la amenaza de ChatGPT y más importante todavía, armar un plan de acción para lo que se viene.

Google, listos para dar pelea

Los planes de Google para seguir compitiendo con ChatGPT

Google planea lanzar más de 20 productos de IA este año, como MusicLM, recién publicado en Google Research y que puede elaborar música en base a descripciones, además de una versión de su motor de búsqueda con capacidades de chatbot, según una presentación revisada por The New York Times y dos personas con conocimiento de los planes a futuro.

Dado que Google, OpenAI y otros desarrolladores de inteligencia artificial se basan mayormente en información ya existente, los resultados pueden ser falsos y a veces hasta mostrar actitudes tendenciosas, racistas y sexistas. Google está considerando estos dilemas éticos, y quiere resolverlos para lanzar un producto seguro y que realmente sea de ayuda. Por eso se está demorando más tiempo de lo normal en el testeo interno antes de mostrar algo al público.

Otros competidores

Pero no todas las empresas se tomaron este tiempo para hacer los tests necesarios. OpenAI lanzó su chatbot lo más rápido posible, antes de estudiar los reparos éticos, y Microsoft tampoco se lo está tomando con calma: está desarrollando una versión de Bing que utiliza la tecnología del chatbot de GPT, y que se lanzará en marzo, según este informe. Además, varias otras empresas como You.com y Neeva ya han superado a Google al brindar la capacidad de responder consultas a través de un chatbot similar a ChatGPT. Quedará por ver si ir más rápido les traerá más beneficios a futuro.

Google versus ChatGPT

Obviamente, surge la pregunta de si ChatGPT es mejor que Google. La realidad es que ChatGPT tiene funcionalidades que Google no tiene, como responder con textos o estrategias. Pero también hay algo que ChatGPT no puede hacer: citar sus fuentes. El bot contesta con una gramática asertiva pero no puede decirte en qué libros o textos de autores específicos se basó para dar esa respuesta. Al menos logramos extraer algunos de los autores más repetidos en su dataset: es un gran fan de Harry Potter. Sin embargo, no alcanza a ser preciso en identificar sus fuentes para cada respuesta:

ChatGPT lee bastante a algunos autores canónicos de fantasía como J.K. Rowling y J.R.R. Tolkien. Por lo menos no tiene mal gusto.

Si le preguntamos qué autores de no ficción aparecen con más frecuencia en su dataset, esto es lo que contesta:

"Como modelo de lenguaje, me han entrenado en una amplia variedad de textos que incluyen ficción y no ficción. Algunos de los autores de los más mencionados en mi dataset de entrenamiento incluyen:

  • Stephen Hawking, por su trabajo en cosmología y física teórica.
  • Malcolm Gladwell, por sus libros sobre psicología, sociología y negocios.
  • Michael Lewis, por sus libros sobre finanzas y economía.
  • Walter Isaacson, por sus biografías de personajes notables como Steve Jobs, Albert Einstein y Benjamin Franklin.
  • Daniel Kahneman, por su trabajo en economía conductual y psicología cognitiva.
  • Bill Bryson, por su ciencia popular y escritura de viajes.
  • Jared Diamond, por su trabajo sobre ecología humana y evolución.
  • Howard Zinn, por su trabajo sobre la historia y política de Estados Unidos.
  • Ta-Nehisi Coates, por su trabajo sobre raza y política en Estados Unidos.
  • Yuval Noah Harari, por sus libros sobre historia, filosofía y futurismo.

Es importante destacar que estos son solo unos pocos ejemplos y hay muchos otros autores de no ficción cuya obra está incluida en mi dataset de entrenamiento."

Al modelo le gusta pensar que sus deducciones son parecidas a la de varios autores reconocidos, entre los que figuran premios nobel y best-sellers del pensamiento contemporáneo.

Sería  interesante preguntarnos cómo contestaría un chatbot entrenado con contenido de autores que no necesariamente son los más conocidos, y ver si cambiaría su estilo de escritura y puntos de vista. Un chatbot que hiciera algo parecido a lo que hizo Micheal Onfray, el escritor francés que se dio el trabajo de escribir una contrahistoria de la filosofía, con las perspectivas de los autores más desconocidos que contradijeron a los maestros de la línea canónica como Platón, Kant y Hegel.  

Porque, si nos fijamos, ChatGPT tiene su propio canon: la mayoría de sus escritores favoritos son de Estados Unidos, algo que hace sentido en el mapa del mundo que tienen las inteligencias artificiales en “su cabeza”.

Fuente: Reduced, Reused and Recycled: The Life of a Dataset in Machine Learning Research, Bernard Koch, Emily Denton, Alex Hanna, Jacob G. Foster, 2021. Map made with Natural Earth. Distorted with cartogram3.

En el pasado pudimos ver que entregarle otra información a una IA puede cambiar los resultados. En el 2018 pasó que al googlear “idiota”, los resultados principales de Google fueron fotos de Trump. Esto se realizó a través de Google-bombing, la práctica de enviar enlaces con palabras clave determinadas hacia páginas sobre un término no relacionado, en este caso Trump.

Cuando se trata de innovaciones tecnológicas, muchas veces vemos el panorama como un winner takes it all, el que gana se lo lleva todo. Fue cierto con Google en su momento: casi nadie hace sus búsquedas a través de Altavista. Sin embargo, como usuarios de Google y de GPT, por ahora no los vemos como competidores. Mientras Google está cada vez más enfocado en curatoría y posicionar autores expertos, GPT prefiere dejar sus fuentes detrás de la cortina. Tal vez sean herramientas complementarias. Por dar un ejemplo, ChatGPT puede ayudar a escribir para que tus textos se posicionen mejor en Google:

Como dice Humphry Bogart en Casablanca , “I think this is the beginning of a beautiful friendship”, creo que es el comienzo de una linda amistad, Louis.

Eso sí no sabemos si Louis es Google o ChatGPT.