Financial wellbeing: finanzas ordenadas y mis propósitos de año nuevo

La primera vez que escuché el concepto de holistic wellbeing, o bienestar integral, pensé “osh, otra clásica buzzword”. Esas palabras pegadizas que se ponen de moda y todos repetimos, pero nadie sabe exactamente qué significan, como blockchain, big data o agilidad.

Holistic wellbeing se refiere a que el bienestar va más allá de la salud, y que para vivir plenamente hay que atender varias dimensiones, como la salud física y emocional, el bienestar social, y el progreso intelectual.

Por ejemplo, un médico holístico usa la medicina tradicional, pero también hará sugerencias respecto de la dieta, hábitos de sueño y nivel de estrés para prevenir los malestares, en lugar de enfocarse en tratarlos con pastillas.

Usualmente son entre 4 y 8 dimensiones, dependiendo a quién le preguntes, pero lo importante es que el enfoque enfatiza que todas están interconectadas.

Y cada vez más, dentro de estas dimensiones, se incluye el aspecto financiero.

Me hizo todo el sentido del mundo. La atención médica y las terapias hay que pagarlas. Y, de hecho, tener las finanzas en orden contribuye a nuestro bienestar en el día a día, no solo cuando pasan imprevistos: si estamos muy endeudados, el solo hecho de pensar en la posibilidad de perder nuestro empleo podría estresarnos y quizás afectar las relaciones con nuestra familia y amigos.

Creo que lo más valioso del dinero es que da libertad: darnos el lujo de esperar a encontrar un empleo que disfrutemos sin estar apurados, por ejemplo, o poder tratar alguna enfermedad, ir a terapia, o practicar algún deporte. Eso mejora los otros aspectos, como el vocacional, social, físico y emocional.

Así que, después de toda mi reflexión espiritual (jaja), decidí incorporar todo esto en mis propósitos de año nuevo.

De hecho, voy a matar dos pájaros de un tiro: los rendimientos que me da este truco de invertir mi sueldo cada mes apenas lo recibo, pagar todo con tarjeta, y luego a final del mes pagar todo el saldo de la tarjeta, los usaré para pagar algo que me motiva a hacer deporte: las carreras. Al menos 3 carreras en 2024.

Mi plan es que ligar esos rendimientos al propósito de ser más activa me ayude a priorizar lo importante y no tentarme a gastarlo en taquitos y cervezas. 

En lo social, quiero ir a visitar a mi hermana y mis sobrinos. Viven en otro país y el viaje no será barato, así que abriré un objetivo de dos años para esto.

Y por supuesto seguiré aportando lo que pueda a mi objetivo de largo plazo para algún día comprarme una casa. Soy millennial y no será fácil, pero tendré paciencia.  Para eso usaré un objetivo a largo plazo, de 5 años o más. Los rendimientos a largo plazo seguro me ayudarán. 

Por último, pensando en mi salud y paz mental, seguiré aportando lo que pueda a mi PPR. Ya tengo más o menos claro que con lo que me dará el sistema de jubilación no me alcanzará, así que partir desde ya, aunque sea con poco, pensando en mi retiro, será el último de mis propósitos de año nuevo.

Obviamente, no pretendo que estos tres propósitos solucionen 33 años de malas decisiones. Simplemente es un paso en la dirección correcta. Para mí, de eso se trata el financial wellbeing: ordenar mi dinero para hacer lo que creo que mi vida necesita. 

Ora sí, este es mi año.