Historia con datos: los 21 de Nadal

Ganar un Grand Slam no debe ser fácil. Nuestro único n.º 1 chileno llegó a ese ranking sin haber nunca ganado uno. Es por eso que la conquista del vigésimo primer Grand Slam de Rafael Nadal fue algo tan impresionante (aunque en el tenis femenino esta vara ya la superaron cracks como Steffy Graf con 22 y Serena Williams con 23 Grand Slams cada una).

Un poco de historia, desde la era de los “Abiertos” solo cinco tenistas hombres han cruzado la línea de los 10 Grand Slams, partiendo con Björn Borg, que llegó a marcar 11 copas el 81. Tuvieron que pasar casi 10 años para que Pete Sampras rompiera esta marca en el 98 ganando Wimbledon por segunda vez. Luego comienza la era de los tres “indiscutidos” del tenis masculino iniciada por Roger Federer, que en tan solo cuatro años (2003-2007) superó a Sampras ganando 12 Grand Slams a una tasa promedio de casi tres Grand Slams por año. De ahí, la hegemonía Federer/Nadal/Djokovic ha sido casi absoluta. De hecho, en promedio desde el 2004 solamente 0,7 Grand Slams masculinos han sido ganados por alguien distinto cada año.

Es aquí, en esta lucha de tres, donde Nadal rompe el empate de 20 Grand Slams sacando experiencia y garra, considerando que han pasado 17 años desde su primer Grand Slam (el último Grand Slam de Federer fue 15 años después de su primero) y aprovechando el chascarro de la no participación de Djokovic. Sin embargo, es probable que Djokovic recupere su corona pronto, considerando que consiguió sus 20 Grand Slams en tan solo 13 años desde el primero (1,5 por temporada, por sobre los 1,23 promedio de Nadal), y con un año menos de edad (34 vs. 35 de Nadal). Así que tiene los números para superarlo… Si tan solo se vacunara.

Nadal no nada más es especial por ganar 21 Grand Slams, sino por el cómo. Salvo Björn Borg, de los tenistas masculinos en superar 10 Grand Slams, Nadal es el único que puede llamar a Roland Garros su imperio, ganando 13 veces en un lapso de 16 años. De hecho, Federer, Djokovic y Sampras han llegado donde están casi prescindiendo de la arcilla.