¿Vale la pena un seguro de mascotas?

En enero, mi pololo y yo nos gastamos $650.000 en el señor Balú. ¿Quién es este misterioso y codiciado caballero? No es tan misterioso en realidad. El Balú es nuestro perro.

Por supuesto, este exuberante nivel de gastos en veterinario no es algo común con él: se juntaron una infección urinaria y una neumonía que lo tuvo hospitalizado tres días.

El protagonista de esta historia, todo un caballero (aunque en ese momento de convalecencia era un caballero un tanto decadente).

¿Neumonía en un perro? No tenía idea que podían enfermarse de eso, pero investigando un poco me di cuenta que es bastante común. De hecho, fue la enfermedad perruna más reembolsada por seguros de mascotas durante el 2022 en Norteamérica.

Condiciones médicas pagadas más comunes en perros y gatos en Norteamérica durante el 2022. Fuente: Naphia (North American Pet Health Insurance Association).

El golpe a la billetera fue tan duro que me hizo cuestionarme si hubiese valido la pena tenerlo asegurado para amortiguar todo (o al menos una parte) de esos gastos.

¿Un seguro para mascotas? Suena loco, pero tan loca no puedo estar. Solo en Estados Unidos, hay más de 5 millones de mascotas aseguradas. De esos, el 80% son perros y el 20% restante gatos.

Pareciera que los gatos son más silvestres e indiferentes a los humanos.

Así que, con este ejemplo práctico y muy reciente, voy a analizar cómo funcionan los seguros de mascotas y si nos hubiese convenido tener al Balusini asegurado.

Mi metodología va a ser muy simple: tener una bola de cristal 🔮. Broma, pero no está tan alejada de la realidad. 

Sabiendo lo que sé ahora, voy a calcular cuánto habríamos gastado en primas de seguro en los últimos 3 años, qué parte de sus gastos médicos habría cubierto la póliza del seguro y compararlo con lo que efectivamente terminamos pagando. 

Para este ejercicio voy a usar como ejemplo la póliza de Cacttus, un seguro de mascotas del que he escuchado muy buenos comentarios y que en su sitio web promete: “Contrata en segundos y te devolvemos los gastos de cualquier veterinaria de Chile”. Suena sensacional.

Además, investigando me di cuenta que Cacttus tiene algo que otros seguros de mascotas no tienen: además de cubrir urgencias y hospitalizaciones, cubre remedios y gastos que vienen después como controles y exámenes.

Algo muy importante antes de que sigas leyendo: tengas un seguro de mascotas o no, siempre vas a tener que pagar el total de los gastos veterinarios de tu mascota. Si está asegurado, el seguro te reembolsará lo que corresponda en un par de días o semanas, pero tienes que tener esa plata disponible. Para eso, te recomiendo que tengas un fondo en el que ahorres para cuando tengas una emergencia. Yo uso el Inbox de Fintual.

El Balú, un choclo y las preexistencias

El Balussi es un perro que está muy bien para su edad. Este año cumple 11 (entonces) y a los veterinarios les cuesta creer lo bien que se mantiene:

A pesar de su jovialidad, su edad hace que el Balú sea un paciente de riesgo cuando se enferma. Además, los Boyeros de Berna son perros propensos a tener cáncer e histiocitosis, un incremento anormal de glóbulos blancos llamados histiocitos. Estas enfermedades hacen que su esperanza de vida no sea tan larga como me gustaría ☹️

La edad de tu mascota y su raza son factores que las aseguradoras toman en consideración al momento de calcular la prima del seguro. De hecho, si yo quisiera asegurar al Balú hoy, no podría:

Pero el ejercicio que me propuse no fue ese: quiero saber qué hubiera pasado si lo hubiese asegurado 3 años atrás, cuando salió el seguro para mascotas de Cacttus y cuando el Balú cumplió 7 años.

El historial médico del Balú sólo tenía un incidente antes de conocernos: cuando aún era un cachorro, este regalón se comió una coronta de choclo y lo tuvieron que operar de urgencia.

Así me imagino la situación

Fuera de eso, el Balú había sido un perro muy sano. Algo muy importante al momento de tomar la decisión de contratar un seguro para tu mascota: la mayoría de los seguros no cubren preexistencias. 

Se considera preexistencia cualquier enfermedad o accidente previo al inicio de la cobertura del seguro. Es decir, si el Balú hubiese quedado con secuelas por el 🌽, nada de lo relacionado a ese incidente —o siniestro, en jerga de aseguradoras— estaría cubierto por su seguro:

En otras palabras: puede ser que mientras antes asegures a tu mascota, mejor. Así todo lo que le pase va a estar cubierto por el seguro, ya que no será considerado preexistencia. 

Los seguros de mascota tampoco cubren etología o adiestramiento y tampoco esterilizaciones.


El seguro ideal para el Balú

Dejando de lado el incidente del choclo, el Balú ha tenido tres grandes incidentes que habrían sido cubiertos por el seguro:

  • Le tuvieron que amputar un dedo de su pata delantera derecha: $360.000 cirugía y hospitalización + $40.000 remedios + $50.000 controles post operatorios = $440.000
  • Infección urinaria: $80.000 ecografía y consulta  + $20.000 remedios = $100.000
  • Neumonía: urgencia, hospitalización y exámenes $460.000 + $40.000 remedios + $60.000 control post operatorio = $560.000

Lo que nos da un total de $1.100.000. Todos estos incidentes imprevistos habrían sido considerados en el seguro. 

Si hubiésemos querido asegurar al Balú a sus 7 años, habríamos tenido que elegir entre estas opciones:

Opción 1: prima más barata, deducible más caro

El plan Normal implica pagar una prima o mensualidad de $18.228 con un deducible de $116.990 por evento. El deducible es lo que tienes que pagar sí o sí ante un incidente, el resto lo cubre el seguro. 

Escogiendo este plan, en 3 años habríamos pagado $18.228 x 36 = $656.208. 

Como el deducible es de $116.990, eso es lo que habría pagado en cada incidente:

  1. Dedo ($440.000): deducible de $116.990, me habrían reembolsado los $323.010 restantes
  2. Infección urinaria ($100.000): $100.000, porque el incidente es menor al deducible
  3. Neumonía ($560.000): deducible de $116.990, me habrían reembolsado los $443.010 restantes

Habría gastado $656.208 + $116.990 + $100.000 + $116.990 = $990.188. Considerando que todo los accidentes del Balú han sumado $1.100.000, con el plan más barato me habría ahorrado $109.812.

Opción 2: prima más cara, deducible más barato

Con el plan Plus, en cambio, habría pagado una prima de $31.120 al mes con un deducible de $45.990.

Escogiendo este plan, en 3 años habríamos pagado $31.120 x 36 = $1.120.320. 

Como el deducible es de $45.990, eso es lo que habría pagado en cada incidente:

  1. Dedo ($440.000): deducible de $45.990, me habrían reembolsado los $394.010 restantes
  2. Infección urinaria ($100.000): $45.990, me habrían reembolsado los $54.010 restantes
  3. Neumonía ($560.000): deducible de $45.990, me habrían reembolsado los $514.010 restantes

Habría gastado $1.120.320 + $45.990 + $45.990 + $45.990 = $1.258.290. Es decir, con este plan habría “salido para atrás” en $158.290.

¿Significa esta rudimentaria investigación con una bola de cristal que ve el futuro que el plan más barato es el que vale la pena? No realmente. 

Porque ojo, tampoco es que hayas perdido la plata: hay otros beneficios de tener este plan, como no tener que desembolsar el total del costo en cada evento, sino que pagar mes a mes un seguro que te cubre. Además de lo que te ahorraste en "tranquilidad": ¿qué pasa si te quedas sin pega o tuviste otro gasto grande y no tienes las 500 lucas disponibles para la neumonía? Ahí el seguro cobra aún más valor.

Por otro lado, ese plan incluye un paquete preventivo (con vacunas anuales y un examen preventivo anual), además de telemedicina ilimitada, que de seguro una mamá aprensiva como yo habría usado más de alguna vez.

Las claves para elegir un seguro de mascotas

Este post nació porque el Balú tuvo un enero muy accidentado, pero en general es un perro muy sano. Mientras que estuvo hospitalizado en el Instituto Neurológico Veterinario —donde lo atendieron muy bien y recomiendo en base a nuestra experiencia—, lo fuimos a ver todos los días y vimos de todo. 

Un Balú hospitalizado feliz con nuestra visita

Perros atropellados, con epilepsia, parálisis, cáncer, displasia, intoxicación por chocolate e incluso por ingesta de cuerpo extraño. Todas están dentro de las condiciones médicas más comunes en perros y gatos en Norteamérica:

Condiciones médicas en perros y gatos más comunes en Norteamérica durante el 2022. Fuente: Naphia (North American Pet Health Insurance Association).

Por lo mismo, es muy importante que a la hora de contratar un seguro para tu mascota (e incluso si están considerando llevar una mascota a tu casa) te fijes en:

Raza: ¿es una raza que se enferma mucho? ¿Cuáles son las enfermedades más comunes que tienen? ¿Se caracterizan por ser tranquilos o con mucha energía? La raza es algo que los seguros consideran al momento de calcular la prima. Los perros braquicéfalos, por ejemplo, como los bulldog francés, inglés, pug o bóxer suelen tener primas más caras porque son propensos a sufrir enfermedades respiratorias, infecciones en la piel o traumatismos oculares.

De hecho, según cifras de MarketWatch, los bulldogs inglés y francés son los más caros de asegurar en Estados Unidos:

Fuente: How Much Does Pet Insurance Cost? (2024 Guide), MarketWatch

Edad: asegurar a mascotas jóvenes y sanas suele ser más barato que asegurarlos cuando ya están viejitas. Además, los cachorros tienden a ser más destructivos y buenos para comerse cosas que no deben (como el Balú con el choclo). Ten en consideración que solo puedes asegurar mascotas que tengan menos de 10 años.

Carácter: ¿tu mascota es tranquila o es de esas que tienen energía para regalar y se escapan o se comen todo a su paso? 

Antecedentes: ¿qué sabes de los papás de tu mascota? averigua si tuvieron alguna enfermedad hereditaria que pueda afectar a tu regalón/a.

¿Y si tu perrito es quiltro? Mi amiga Florencia, dueña de una indomable quiltra llamada Roca, descubrió que existen tests de ADN para saber de los ancestros de tu mascota y sus características a nivel de salud. El más recomendado es Embark y mandan a Chile los resultados, aunque la gracia sale US$122 dólares (o 6 meses de seguro del Balú) con envío. 

La Roca, después de haberse comido algunos cables