El dato de inflación en Estados Unidos trajo buenas noticias

A menos de dos semanas de que llegue la navidad, el mercado nos mandó un pequeño regalito.

El martes se publicó el dato de inflación de noviembre en Estados Unidos, y supimos que la inflación bajó más de lo que los analistas esperaban, de 7.7% a 7.1%.

Aunque lo que más cayó fueron los precios de los energéticos (las bencinas, gas natural y electricidad), no toda la sorpresa fue por energía. La inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, bajó de 6.3% a 6.0%, principalmente por una caída en el precio de vehículos usados y servicios de cuidados médicos. Al igual que la inflación general, la subyacente también cayó más de lo que se esperaba.

Fuente: elaboración propia con datos de Macrobond

La Inflación en Estados Unidos y los rendimientos

Todo parece indicar que lo peor ya pasó en términos de inflación; nos seguimos alejando del máximo de 9.1% que vimos en junio. Parte de esta expectativa se explica porque el componente de precios de viviendas, que por ahora sigue subiendo, debiese empezar a bajar en los próximos meses y continuar cayendo por un buen tiempo, y cada vez más ítems irán en descenso.

Con este dato, parte del mercado piensa que no va a ser necesario que la Fed suba tanto la tasa de política monetaria para combatir la inflación, por lo que las tasas de los bonos de 6 meses y un año bajaron.

A su vez, esto fue bueno para las acciones, porque las empresas en general se benefician de que las tasas no sean tan altas. Los principales índices de acciones llegaron a subir más de 2% con la noticia, y cerraron el día con ganancias de cerca de 1%.

¿Y qué hago con mis inversiones?

La alta inflación es la principal razón que afectó las rentabilidades durante el año 2022 en todo el mundo. Y por supuesto, la señal de que la inflación está bajando es una buena noticia. Sin embargo, como siempre te decimos, esto no debería cambiar tu plan de inversión. Los mercados se mueven todo el tiempo. Lo mejor es tratar de dejar pasar los movimientos de corto plazo, y confiar en que en el largo plazo, los rendimientos serán positivos, como históricamente siempre ha sido.