Sobre la volatilidad reciente

No sé si te pasa, pero a mí me duele la guata cuando veo que los mercados bajan. Pero mi cuerpo no manifiesta una reacción equivalente cuando veo que mi inversión sube. Está estudiado que las pérdidas duelen mucho más que las alzas, aunque sean en la misma magnitud.

Este martes 27 escribimos sobre algunas cosas que están pasando en los mercados que hicieron que los fondos más riesgosos cayeran. Este miércoles 28 hubo un rebote, que hizo que por ejemplo el Nasdaq subiera 0,7% y el MSCI Emerging Markets un 2,71%. Además, vimos una recuperación en los precios de las acciones chinas después de unos días muy negativos.

Un concepto muy utilizado en las inversiones es el de volatilidad. Es un reflejo de qué tanta incertidumbre hay respecto a los precios de los activos. Esta incertidumbre no tiene sesgos, o sea, que no implica ni que los precios estén muy altos ni muy bajos.

Un indicador de la volatilidad es el VIX, popularmente conocido como el índice del miedo. El VIX busca estimar la volatilidad que tendrá el mercado en los siguientes 30 días y para eso usa los precios del índice S&P 500.

VIX index

Si bien la situación está mucho más tranquila que al comienzo de la pandemia, el VIX sigue en niveles muy superiores a los de los rangos donde se movía normalmente en escenarios pre-pandémicos.

¿Qué significa eso? Básicamente que navegamos en un régimen de mercado con mayor incertidumbre y por ende más volátil.

¿Qué tengo que hacer?

La recomendación, entonces, es la misma de siempre. No dejarse llevar por estos resultados de corto plazo, que vistos con el pasar del tiempo, son irrelevantes. Nuestros fondos están pensados para darte un buen retorno, para el plazo y nivel de riesgo que tú definiste para tu inversión.

Aunque cueste y suene contraintuitivo, lo mejor es enfocarse en el largo plazo, ya que los precios de los activos financieros reflejan las expectativas de lo que suceda en ventanas largas de tiempo, sobre todo cuando hablamos de acciones. Así podemos evitar el dolor de guata y guardar esa efímera sensación de felicidad para el momento en que se acabe el plazo de tu inversión.