Las inversiones también pueden ser sustentables

El martes 19 de enero el Ministerio de Hacienda logró hacer algo histórico: emitió bonos verdes y sociales (Environmental, Social and Governance o ESG por sus siglas en inglés) a tasas muy convenientes. Para los interesados en los números, estamos hablando de 4.250 millones de dólares (1,67% del PIB aprox.) en emisión de bonos para financiar diversos proyectos en su carpeta.

Entremos en detalles: en la categoría de transporte limpio hay un foco en la construcción de nuevas líneas de metro, la expansión de las actuales y el potenciamiento de la electro-movilidad en el transporte público. Todo lo anterior suma 564 millones de dólares. También hay una asignación de 24 millones de dólares en energías renovables, edificios verdes y gestión de agua. Considerando estos montos, Chile ha logrado emitir 12.600 millones de dólares en bonos ESG desde el 2019 a la fecha.

Esta tendencia está también en otros actores a nivel mundial. Por ejemplo el Bank of International Settlements (BIS) emitió su segundo fondo de bonos verdes en EUR para ayudar a bancos centrales a incorporar criterios ESG en sus reservas de capital. Con esto, el BIS suma ya 2.000 millones de euros en bonos verdes administrados.

¿Por qué se emiten bonos verdes entonces?

Los bonos son una de las principales fuentes de financiamiento de las empresas, instituciones gubernamentales y países. Actualmente la emisión total de bonos a nivel global vale 277 trillions de dólares (trillones de EE.UU. = 1 millón de millones). Con este capital, se pueden financiar proyectos de crecimiento, obras públicas, I+D (investigación y desarrollo) y mucho más!

Pero en los últimos años existe también la preocupación de cuál es el fin de estas lucas. ¿Van a financiar una planta de generación eléctrica a carbón en una reserva nacional o la construcción de una planta solar para reducir emisiones de carbono? ¿O finalmente financian la construcción de espacios públicos que mejoren la calidad de vida de las comunidades?

Es aquí en donde nace el concepto de bonos ESG.

¿Qué tiene que ver que sean bonos ESG?

La sustentabilidad, la responsabilidad con nuestro medioambiente y con nuestra sociedad son temas que se han vuelto claves para detener la cuenta regresiva acelerada hacia nuestro día final. (Y cabr@s esto sí que tiene que prender. Nos queda súper poco tiempo).

Hace un par de décadas era muy poco común escuchar a expert@s de diversas áreas hablando sobre el cambio climático, la huella de las industrias que deja en nuestro planeta y la calidad de vida que podemos alcanzar. Puede que sean acciones cuyo impacto día a día no lo notemos de manera tan marcada. Pero si uno va sumando pequeñas partes de manera constante, eventualmente termina teniendo un impacto considerable.

Ejemplos de la importancia que tiene esta conversación se pueden ver en el imaginario del cine popular: desde Erin Brokovich tratando de luchar contra las compañías de servicios básicos por contaminación de aguas, pasando por Jack Hall en el Día después de mañana diciéndole al mundo que el cambio climático puede traer una nueva era de hielo y hasta Mark Walhberg en The Happening tratando de salvarse de un misterioso virus que las plantas emitían contra los humanos, porque estaban chatas de que la raza humana se portara tan mal con el planeta.

Un Mark Wahlberg cachando nada en The Happening (2008)

Pero no todo es malo. Desde hace años se sabe que no podemos seguir igual y en consecuencia han habido diversos esfuerzos de gobiernos, las ONG e industrias para poder comenzar a revertir esto.

Lo interesante es que los modelos económicos también han ido evolucionando, en que no todo termina siendo maximizar utilidades una y otra vez. Y las inversiones no han estado exentas de reformas que permitan ir cambiando la dirección del crecimiento de manera sostenible y con un impacto positivo.

Larry Fink (CEO de BlackRock, el fondo de inversiones más grande del mundo) dio a conocer en la carta anual a sus clientes publicada el 14 de enero de 2021 que el foco número 1 de la institución es poner la sostenibilidad al centro de su estrategia de crecimiento hacia adelante. Para ello, dejará de invertir inmediatamente en compañías que presenten un alto riesgo de crecimiento sostenible, como aquellas vinculadas a la industria del carbón. Además, incluirá métricas de sustentabilidad en su selección de inversiones.

Para entender cómo han evolucionado las “inversiones sustentables”, datos de Morningstar muestran que inversionistas en EE.UU. aportaron con 20.600 millones de dólares en inversiones sustentables durante el 2020, lo que representa un crecimiento del 400% desde el 2018.

Figura 1: Evolución de emisiones globales de deuda sostenible. Todas las cifras están en miles de millones de dólares. Fuente: BloombergNEF y Fondo Monetario Internacional (FMI). Cifra del 2020 es data hasta el 30 de Noviembre

¿Qué hacemos en Fintual para esto?

Obvio que sí nos importa. En Fintual creemos que las empresas tienen que tener un rol social no solo con la economía, sino que con las mismas localidades.

Por ejemplo, el sábado 30 de enero hicimos un taller gratis de programación en Python en conjunto con la fundación Niñas Pro. Cinco de nuestras secas desarrolladoras lideraron el taller para que niñas y adolescentes puedan dar sus primeros pasos en esta área. Con esto, apoyamos a la fundación Niñas Pro para que más mujeres se motiven a unirse a programas STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics, en inglés).

Y llegaron más de 80 😁

Además, nos preocupamos de que nuestros portafolios también incluyan inversiones en índices ESG, los cuales están compuestos por compañías cuyas estrategias de negocio impactan positivamente al ambiente y a las comunidades. Ejemplos de esto son ETFs como ESGU y ESGV.

Finalmente, aún queda mucho por hacer en temas ESG y no creo que veamos a los inversionistas botar todas sus inversiones no-sustentables de un día para otro. Sin embargo, hoy sí esperamos que nuestras inversiones tengan un impacto positivo en nuestras vidas como un todo.

Como mencionaba al principio, con nuestras inversiones también podemos preguntarnos: ¿quiero comprar el bono de una empresa que quiere construir una planta de generación eléctrica a carbón en una reserva natural? ¿O quiero comprar el bono de una empresa que va a construir más ciclovías y espacios verdes en la comunidad?


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