Proyecto Hail Mary: el ingeniero que se convirtió en escritor

Un grupo de astronautas va a una misión a otro planeta a investigar una “ameba interestelar”. La criatura oculta el sol para absorber la radiación solar y sobrevivir, lo que hace que se enfríe la tierra y pueda ser el fin de los días. ¿Biología especulativa y viajes al espacio? De eso se trataba Proyecto Hail Mary, una novela de ciencia ficción escrita por un ingeniero. Había que leerla, y me encantó.

Quiero hablar un poco sobre la carrera y trayectoria del autor de este libro, Andy Weir. Andy programaba para Blizzard, Palm, y AOL, pero uno de sus pasatiempos era escribir cuentos de ciencia ficción.

El 2011 publicó una novela por entrega en internet que trataba sobre un astronauta que “naufraga” en el planeta Marte por años, antes de que lo rescaten. El libro es interesante porque se nota que está escrito por un ingeniero que conoce los límites de la tecnología y que le gusta contar cómo resolver problemas con recursos escasos.

Y además ese libro fue un antecedente perfecto de la nueva “economía de creadores”: ahora es muy fácil compartir los proyectos en internet y cobrar usando Patreon, por ejemplo. Pero Weir lo hizo antes de que Patreon se fundara el 2013 y estuviera de moda. Solo subió la novela a su blog personal. Y fue tan buena la recepción que tuvo que al final la publicó la editorial Penguin - “El Marciano”, ¿les suena? Se convirtió en una película Hollywood con Matt Damon interpretando el personaje principal del astronauta y ganó cinco veces su presupuesto (108 millones de dólares de presupuesto y 631 millones de dólares en ventas de entradas).

El estilo de un ingeniero

Lo que me llama la atención del estilo de escribir de Sr. Weir es que no es tan literario como García-Marquéz, por dar un ejemplo que ilustra bien mi punto. Los autores como García-Marquez, manipulan el lenguaje para hacerlo más extraño y atractivo, pero al mismo tiempo es difícil de entender incluso si español es tu primera lengua (español no es mi primera lengua por si acaso jaja, por eso lo menciono). En cambio, los cuentos de Weir están escritos de forma muy sencilla, pero hacen analogías con la ingeniería práctica: los protagonistas siempre tienen una actitud de “cómo resolver problemas en una emergencia” con soluciones muy “factibles” científicamente hablando.

Este estilo de ciencia ficción, aunque no requiere tener un vocabulario amplio ni adentrarse las profundidades del español, sí tiene conceptos como velocidad, ecuaciones diferenciales, momento, presión de aire y transformada de Fourier. Para mí es un placer leer este tipo de cuentos que hablan el idioma de la ingeniería, pero en una obra de imaginación.

Por eso me alegro de que Weir se haya ganado la lotería de que sus libros se convirtieran en películas de Hollywood, porque representa bien la cultura de la ingeniería.

Siempre me ha parecido una lástima cómo aparecen retratados los científicos e ingenieros en la tele, es odioso cada vez una persona que me conoce me dice que soy como “Sheldon” de Big Bang Theory.

En realidad, la mejor representación que he visto del mundo de estudiantes de postgrado de ciencia es “I Origins”- una película sobre alumnos de postgrado en Nueva York que investigan el desarrollo evolutivo del ojo. Aunque película se vuelve extraña en la segunda mitad, la primera mitad es muy precisa.

Pero volvamos al libro “Project Hail Mary.” En el libro, cuando los sistemas de la nave fracasan, el protagonista “Ryland Grace”  siempre piensa “¿cómo voy a resolver este problema?” -y esa es la gracia de la ciencia ficción bien escrita. Me encanta que Ryland analice las frecuencias del idioma del extraterrestre “Rocky” con toda la matemática que implica.

Me imagino a mis colegas hablando de ingeniería eléctrica cuando leo al protagonista mencionar los límites de las herramientas con las que trabajan. Y me  gustó leer sus reflexiones sobre resolver los efectos de la gravedad y “tiempo de dilatación”. También me pareció muy interesante cómo Ryland descubre el proceso a través del cual el extraterrestre “Rocky” come, me recordó a algunos invertebrados que he estudiado, pero no voy a hacer spoilers. Y bueno, si no quieres leer el libro, en un par de años va a salir una película, esta vez con Ryan Gosling como Ryland.

Siempre he pensado esto: los escritores y los científicos/ingenieros somos muy parecidos, inventamos cosas abstractas (matemática, cuentos cortos) o cosas sólidas (máquinas, software, herramientas). No hay grandes diferencias en el proceso mental para llevarlo a cabo, solo la forma en la que decidimos externalizar esa creatividad. Así que por favor no tengas miedo de escribir ficción si eres una persona de un área más “técnica.” Andy Weir y Arthur C. Clark construyeron ese puente para nosotros.

PD 1: - “Hail Mary” es un dicho que se usa en fútbol americano cuando a un equipo le quedan  5-6 puntos para ganar, pero solo quedan 15 segundos (o menos) de partido, y muchas “millas” por recorrer  (1 milla = 0.9 metros). Todo el equipo ofensivo corre a la endzone, y el quarterback lanza la pelota de fútbol lo más lejos posible. Es una maniobra muy peligrosa, porque hay un gran riesgo de que el equipo defensivo te “intercepte” y sea una derrota humillante. El quarterback tira la pelota muy lejos con la esperanza de que un miembro del su equipo la agarre y gane el partido. Y se llama “pase Ave María” porque “hay que confiar en Santa Maria para lograr esa maniobra que tiene tan bajas probabilidades de ser exitosa. Pero cuando pasa, emociona a todos los espectadores. Por eso se ha convertido en un modismo que se usa cuando alguien hace una operación muy valiente y riesgosa.

PD 2:- Otro cuento muy famoso escrito por él, de solo una página y 60 segundos de lectura, se llama “El huevo” y es sobre la reencarnación. El cuento afirma que somos el mismo organismo que intenta entender cómo alcanzar el “nirvana.” Te hace reflexionar sobre la diferencia entre organismos. Me recordó a la filosofía de la biología que estudia qué es lo que separa a los distintos seres vivos, un tema que inauguraron en “El Árbol del Conocimiento” los biólogos chilenos Maturana y Varela.