Sr y Sra Smith vuelve en formato televisivo, mejor que nunca

Era 2005 y se estrenaba una típica película de acción hollywoodense. El gancho era que estaba protagonizada por los dos especímenes humanos más bellos del planeta. Brad Pitt y Angelina Jolie eran el Señor y la Señora Smith, una pareja suburbana aburrida que escondía su doble vida como espías hasta que una misión les instruía que tenían que asesinarse mutuamente. 

Espionaje como metáfora para el matrimonio. No era una mala idea, pero la película no hacía mucho con ella. Con clichés que no trascendían su premisa, lo que más sonó de la película fue la aventura extramarital de la que fueron parte los actores, lo que al menos hizo que su química en pantalla fuera atractiva y evidente.  

Casi veinte años después, llega el remake a Amazon Prime. Los nuevos Sr y Sra Smith son Donald Glover (Childish Gambino, de Atlanta) y Maya Erskine (PEN15, ¿vieron PEN15? Vean PEN15), la película se convirtió en una serie de 8 capítulos y, francamente, es mucho mejor que el producto original. 

Una historia de amor dentro de un cuento de espías

Podría parecer curioso el enfocarse en esta historia para hacer una serie, pero la verdad es que la premisa es suficientemente fuerte como para aguantar la adaptación. Y, con la experiencia de Glover como creador de Atlanta y Swarm, había esperanza en que el producto final sería algo especial (aunque Phoebe Waller-Bridge, la mismísima Fleabag, haya tenido que salir del proyecto).

En esta encarnación, John y Jane Smith no se conocen antes de ser enviados a vivir juntos. Hacen un test de compatibilidad por separado, dejan su identidad atrás y llegan a una casa lujosa en Nueva York a hacer cosplay de esposos. Según la Agencia, es menos probable que sospechen que son espías si piensan que son un simple matrimonio.

Y así, los Smith van a una serie de misiones, lo que le da a la serie el tinte de acción propio del género. ¿Viajes a locaciones internacionales, persecuciones en auto, muchos disparos y explosiones? Todo lo que se puede esperar de un producto como este, lo tenemos. 

Pero el giro, y lo inteligente de esta versión, es que la serie entiende que la acción siempre tiene que estar en función de algo más, y así es como cada misión, cada episodio terrible y violento donde los Smith arriesgan su vida, siempre nos trae de vuelta a ellos, a los personajes. Porque, obviamente, los Smith se van enamorando. Era inevitable. Lo interesante es ver cómo sucede.

Sr y Sra Smith triunfa enfocándose en las cosas pequeñas

John es un buen tipo, sencillo, determinado y torpe de formas masculinas que ya no resultan atractivas pero sí comprensibles. Jane tiene reputación de fría, pero solo porque es perfeccionista. Y su manera de hacer las cosas es mejor, entonces ¿por qué no seguirla? Ambos tienen razones para dejar sus vidas atrás. Ninguno planeaba empezar una relación. Pero ahora, viviendo juntos y experimentando la adrenalina de arriesgar sus vidas en misiones variopintas cada semana, parece que algo empieza a florecer entre ellos.

Y la serie opta por ese camino, el más reflexivo, de enfocarse en los personajes y sus emociones, sin importar lo absurda de la situación en que se encuentran. Sí, hay secuencias de espionaje, pero son usadas como metáforas –poco sutiles– del estado de su relación. Ponen a la pareja central en situaciones que hacen avanzar su relación. Uno de sus blancos es un millonario con un fetiche que los hace darse su primer beso, una misión los lleva a seguir a una pareja que se está separando, deben cuidar a un blanco que se comporta como un niño y los pone en posición de padres, y así. 

Todo para generar los momentos que a la serie le importan, lo que está detrás del espectáculo y las explosiones: las interacciones cotidianas de dos personas que llegan del trabajo cansados y se acuestan juntos a dormir. El que a ella le cause ternura que él reciba noticias del zoológico en el celular porque le gustan los hipopótamos. El que él entienda que ella tenga que escuchar a Tchaikovsky si quiere provocarse el llanto. 

Sr y Sra Smith justifica su existencia solo por la química de sus protagonistas y simplemente no funcionaría si no fuese tan buena. Allí donde Pitt y Jolie exudaban sensualidad de estrellas de cine, Glover y Erskine nos entregan algo completamente distinto pero igual o más efectivo. Es complicidad, química, de esa que hace que se tropiecen e interrumpan y que te hace preguntarte si están improvisando cuando se hacen reír. 

La dinámica entre ellos, la forma en que chocan y pelean y sus diálogos rápidos e ingeniosos son la razón para quedarse y, realmente|, la forma más inteligente de haber hecho funcionar esta adaptación. Glover y su equipo se tomaron la tarea en serio y decidieron adoptar una premisa ingeniosa y explotar al máximo su potencial. Y sí, es una serie de espías, pero también tiene comedia y hasta funciona como drama indie de dos extraños solitarios que se conocen y que están obligados a estar juntos. 

Nuevamente el espionaje como metáfora del matrimonio, pero esta vez actualizado, tomado en serio y con resultados exitosos. 

Nota de riesgo: esto no tendría por qué haber resultado, pero funciona. Aunque no es una apuesta muy arriesgada ya que la película del 2005 no está tan bien considerada. Sr y Sra Smith es una serie moderada.