Cine ecológico: el primer cortometraje carbono neutral de Latinoamérica

El cine y la ecología se juntan para la creación de un cortometraje que lleva la sustentabilidad tanto en su temática como en la manera en que se llevó a cabo. Mar & Cielo, del colectivo chileno fën, fue realizado con energía solar, política de cero residuos en set, catering vegano y mitigación a través de la plantación de árboles. Una iniciativa nueva en nuestro territorio.

El cortometraje, dirigido por Rocío Huerta y Roberto Zamora y rodado en la región de Atacama, cuenta la historia de dos hermanos con la crisis climática de trasfondo. Tras un recorrido internacional por distintos festivales, este martes 4 de abril se libera en su canal de YouTube.

¿Qué es el cine ecológico?

Sea pequeño o grande, un rodaje es una concentración de gente en un lugar específico, que usa mucha energía y genera residuos. Lo que hizo el colectivo artístico-ecológico fën, liderado por los hermanos Roberto Zamora y Juan Pablo Zamora, es cruzar su ideología con su oficio.

Las cámaras, computadores, baterías y luces fueron cargadas con paneles de energía solar y la política de cero residuos establece el uso de ecoladrillos, reciclaje y de compostaje en el set. Asimismo, el catering fue vegano, orgánico y producido localmente. Un rodaje, como un festival o una fiesta, tiene el potencial de dejar sus lugares de filmación en peor estado que antes de su ejecución, pero en el cine ecológico la idea es mitigar el daño a través de estas prácticas.

En la página web de fën, además de listar sus trabajos, ofrecen charlas, talleres y guías para informar e inspirar a la comunidad artística sobre el concepto de cine regenerativo. La misión es que se estreche el puente entre el activismo ecológico y el sector audiovisual.  

Mar & Cielo: un corto sobre el daño climático

Tenía sentido que la ecología no fuese solo parte de la producción del cortometraje, sino también del mensaje que buscaban transmitir con la obra. Mar & Cielo se grabó en Huasco, en la región de Atacama en el 2020, y se centra en la relación de dos hermanos (interpretados por los hermanos Zamora, a cargo de la dirección y la producción ejecutiva).

Es el día antes del Plebiscito Nacional chileno y la conversación sobre el Apruebo y el Rechazo permea la dinámica entre ellos mientras caminan por el desierto. Óscar es más conservador, mientras que Marcelo se involucra en las manifestaciones contra las termoeléctricas locales, lo que ha dañado su salud.

Han sido décadas en que los vecinos de Huasco se han manifestado en contra de las termoeléctricas que contaminan su aire. Esto ha dañado no solo las costas del territorio, sino que la salud de las personas, que han presentado peligrosas concentraciones de mercurio en su cuerpo. El carbón lanzado al mar ha hecho desaparecer el pescado o volverlo imposible de comer, convirtiendo a Huasco en una de las infames zonas de sacrificio de Chile.  

El cortometraje, sin explicar estos detalles, hace una crítica directa desde la empatía que nos puede generar un personaje y sus creencias en un momento crucial que atraviesa el país. A pesar de ser un poco didáctico, es el tipo de contenido que lamentablemente sigue siendo necesario en nuestro país y que se ha podido visibilizar en más de una decena de festivales internacionales que ha recorrido la obra los últimos meses.

Ahora, a varios años de su filmación, se estrena para que todos podamos verlo. Siendo el primer cortometraje de Chile y Latinoamérica en seguir esta práctica ecológica, sirve como ejemplo para otras industrias, demostrando maneras alternativas y novedosas que dan luces sobre el lugar al que podemos avanzar si nos comprometemos con la ecología.

Nota de riesgo: por lo novedoso de su propuesta y lo difícil de la implementación, es un cortometraje arriesgado.