¿El deporte más exclusivo de todos? Qué tan difícil es jugar en las canchas del US Open de golf

El golf es exclusivo, no hay novedad en eso. En Chile más todavía. Casi no hay canchas públicas, los palos son caros, las pelotas son caras, los guantes son caros, la ropa es cara, casi todo es caro. En Estados Unidos también, aunque tienen muchísimas canchas públicas en todo el país, lo que permite que solo pagando el green fee, que puede variar entre 100 y 200 dólares (valor promedio de una cancha pública en Florida), puedas jugar 18 hoyos solo o con tus amigos. Incluso algunas incluyen el carrito en ese valor.

Ahora, hay clubes donde no puedes ni entrar. Así de simple. Las rejas están cerradas para ti, como la cancha donde se acaba de jugar el US Open (cambia cada año); Los Angeles Country Club, que dicho sea de paso, es primera vez que abre sus puertas para un evento masivo de golf. La mayoría de los golfistas profesionales que jugaron este fin de semana no lo conocía, ni hablar del público asistente. Rory McIlroy, multicampeón del PGA, dijo que revisó algunos hoyos en YouTube antes de llegar para hacerse una idea de cómo eran los 18 hoyos.

Son aproximadamente 150 hectáreas, en la mitad de Hollywood y Beverly Hills, rodeados de mansiones de celebridades, actrices de cine, la mansión Playboy, deportistas famosos, etc. pero ninguno de ellos puede ser socio del club. No por que no puedan pagarlo; porque lo tienen prohibido.

Vista aérea del Los Angeles Country Club

Este club no recibe gente famosa y las personas no famosas tienen que pagar 300 mil dólares para poder ingresar y luego 30 mil anuales de “mantención”, después de haber pasado un eterno chequeo y due diligence. El dicho es que “si apareces en la prensa, no puedes entrar”. Esa es la regla número uno. Luego de eso, vienen muchas más, que se detallan en un libro de mil páginas que te dan en tu primer día:

  • Prohibido el uso de shorts. Solo pantalones formales.
  • Uso de chaqueta es obligatorio después de las 18 horas.
  • Prohibido cambiarse los zapatos en los estacionamientos.
  • Prohibido el uso de audífonos, airpods o cualquier cosa similar.
  • Prohibido sacar fotos o videos del club y menos subirlas a redes sociales.
  • Solo puedes llamar por teléfono arriba del auto o en una cabina dentro del clubhouse.

Una curiosidad, es que en el hoyo 14, al otro lado de la reja está la mansión de Playboy que tiene licencia para tener un zoológico dentro. Los jugadores comentaron el fin de semana que cuando iban a pegar su drive de salida, escuchaban todo tipo de animales exóticos haciendo ruidos. También el rumor cuenta que Hugh Hefner intentó muchas veces hacerse socio y nunca pudo. Incluso pidió poner una puerta en la reja que separa su casa de la cancha y jamás lo dejaron.

La mansión Playboy (abajo a la izquierda) da al exclusivo club. Aunque esto no le dio a Hugh ningún privilegio.

Pero no es el único club exclusivo: otro caso similar, donde se juega otro de los majors del año es Augusta National. Considerada la cancha con más historia y según muchos, la más bonita del mundo.

Amen Corner: uno de los hoyos más icónicos de la cancha de Augusta.

¿Quién puede jugar en la cancha del Augusta National Golf Club?

El club siempre tiene 300 socios y no hay forma de postular. La única manera de ingresar, es técnicamente que muera un socio actual y recibir una invitación para aplicar. Una membership se cree que vale alrededor 40 mil dólares, sumando un fee mensual de unos 15-20 mil dólares. Se dice que es “barato” para el nivel de club y exclusividad que tiene. Posiblemente reciban donaciones de todo tipo.

Lista de algunos de los socios publicada por Bloomberg hace algunos años. 

Resulta curioso que recién el año 2012 se abrieron las invitaciones a mujeres, siendo en ese entonces la ex secretaria de estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice la primera socia. Hoy hay 3.

Condoleezza disfrutando de una tarde en Augusta National.

Y, ¿se puede jugar en Augusta sin ser socio? Sí, pero no es fácil.

1.- Ser profesional y clasificar al Masters, obvio pero difícil.

2.- Ser socio.

3.- Que algún socio te invite.

4.- Ser del equipo de golf de alguna de las universidades cercanas que hay en Augusta, Georgia, los invitan a jugar un par de veces por año.

6.- Trabajar en la cancha de Augusta o ser caddie. Los dejan jugar una vez al año.

7.- Ser periodista del Masters y acreditarse. Los dejan jugar unos días  antes de que inicie el torneo.

Menú de la Champions Dinner de este año, elegido por Scottie Scheffler, campeón del 2022. Algunos dijeron que las cheeseburgers eran "poco refinadas" para la ocasión. 

¿Y en Chile?

En Chile la cosa no es muy distinta a Estados Unidos. Ser socio de un club es caro y usualmente se necesita de una invitación. Clubes como Los Leones, el Sport Francés o el Country Club son exclusivos y de difícil acceso, pero no perdemos la fe.

Actualmente en Santiago existe Golf Mapocho, que por 30 lucas en la semana y 48 el fin de semana te dejan jugar 18 hoyos en la primera cancha pública que hubo. Otra alternativa es Golf Aconcagua, cancha pública de par 3 a 20 minutos de la capital.

En regiones por más que busqué, no pude encontrar canchas públicas. ¿Conoces alguna?